Capítulo XXI

687 39 2
                                    

N/A: Hola! Antes que todo quiero disculparme por demorarme en subir. Tuve un problema con mi compu y estúpidamente no tenía esta historia guardada en la nube, así que la perdí mientras arreglaban mi compu. Subiré hartos capítulos para compensar <3

***


Estaba intoxicada, y el mayor problema era que no podía desintoxicarme.

Aiden estaba en todos lados, en mis pensamientos estando despierta y en mis sueños estando dormida, y a cada minuto que pasaba estaba un poco más asustada de lo que eso podía significar. Siempre había sentido una atracción poco sana por él, pero ahora estaba empezando a pensar que se estaba convirtiendo en algo parecido a una obsesión de tiempo completo.

No me atrevía a admitir que podía ser algo más, incluso si a esta altura parecía probable.

Veía a Aiden todos los días en la escuela. Veía a Aiden todos los días con chicas en la escuela, y todavía no estaba del todo segura de que Ashley Rhodes no fuera una de ellas. Yo sabía perfectamente que no era especial para Aiden, solo era una chica que servía de entretención, y sospechaba que a Aiden le encantaba tenerme a su merced luego de haber proclamado por tanto tiempo que él ni nadie podrían conmigo. Jamás —y no puedo enfatizar esto lo suficiente— pensaría en lo que tenía con Aiden (fuera lo que fuera) como algo más que diversión. Se sentía tan bien estar entre sus brazos, y todas aquellas veces en que me había tocado como nunca nadie antes, se habían sentido como un sueño demasiado asombroso para ser real. Me había hecho sentir de formas que nunca había podido siquiera pensar que existían, incluso deseada, a pesar de saber perfectamente que era una en un montón.

Nunca me hubiera tomado como la chica que aceptaría ser otra más, siempre había deseado que alguien me quisiera lo suficiente como para elegirme solo a mí, y no aspiraba nada más.

Hasta Aiden.

Ahora solo respiraba por nuestros momentos a solas, por aquellos momentos en que todo lo que estaba mal entre nosotros desaparecía y solo existían sus labios contra mi boca y sus manos acariciando todo mi cuerpo, y quería convencerme de que solo era algo sexual, pero mi traicionero corazón estaba empezando a sentirse demasiado cómodo con la idea de que algo más era inminente.

Incluso cuando Jake casi se pone a pelear con Gabe, solo podía ver a Aiden interfiriendo en todo su esplendor, casi como un lobo alfa controlando a la manada.

Pero incluso con todo, aún estaba un poco cuerda, porque no iba a hacerme ningún tipo de ilusión. Aiden jamás sería lo que yo necesitaba que fuese, y con ese conocimiento era suficiente. No debía empujarlo más allá, y quizá entonces mi corazón entendería su error.

—¿Cómo te fue con Aiden ayer? —preguntó Katt, mientras revisaba sus avances de literatura.

—Normal —me encogí de hombros, como siempre guardando la información importante—. ¿Cómo te fue a ti con Ashley?

—Mmm... de eso quería hablarte —murmuró, evidentemente avergonzada.

—¿Sabes, Katt? No tienes que decirme nada si no quieres.

—Es que quiero, solo que... es extraño.

—¿Por qué no vamos a un lugar más tranquilo y hablamos?

Katt asintió sin decir nada y salimos de la cafetería. Caminamos un rato hasta las gradas de la cancha de fútbol americano, completamente vacías a esta hora.Aún quedaba media hora para que terminara el almuerzo.

—Te mentí, Alex —comenzó Katt—. No fue algo de una noche.

—Está bien —murmuré, sin decirle que ya lo sabía.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora