Parte II - Capítulo XLI

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Aiden

—¿Estás seguro de esto, hijo? Es una decisión importante, y no es para tomarla a la ligera.

—Estoy seguro que ni siquiera elijo el sabor de helado que quiero de forma ligera, papá —repliqué.

—¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Cinco meses? Parece algo precipitado.

—No es una propuesta de matrimonio, por si lo olvidaste.

—Lo sé, pero tu madre y yo...

—Papá...

—Sé que no suelo meterme en tu vida, y sé que Alex es una increíble chica y que es buena para ti. ¿Pero cuánto puedes realmente conocer a una persona en menos de un año? Pueden querer cosas diferentes.

—De seguro lo hacemos, pero eso no significa que no lo podamos hacer funcionar.

—Aiden... el querer cosas diferentes fue lo que rompió la relación entre tu mamá y yo. Nos apresuramos, éramos jóvenes y estúpidos y no hablamos bien las cosas. Tienes 18 años, en la universidad conocerás más chicas, y quizá Alex...

—Ni siquiera lo menciones. Sé que estoy haciendo lo correcto. Si las cosas no funcionan en el camino, al menos sabré que lo intenté.

—Solo no quiero que hagas algo de lo que te arrepientas.

—¿Cómo tu y mamá haciéndome a mí?

—No seas ridículo, Aiden Reed —frunció el ceño—. Jamás me arrepentiría de haberte tenido, incluso en las circunstancias que se dio.

—Lo sé, papá, estoy bromeando contigo. Es raro verte tan serio.

—Solo estoy poniendo todas las cartas sobre la mesa.

—Déjame hacer lo mismo: nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión. Sabes que considero mucho lo que pienses, papá, y sé que el fiasco con mamá no ayuda a tu percepción del asunto, pero gracias a eso me has enseñado a hacer las cosas cómo las hago. Amo a Alex, y puede parecer ridículo decirlo cuando llevamos tan poco tiempo juntos y somos tan jóvenes, pero papá... sé que es lo correcto, y sé que no voy a arrepentirme. Además, ni siquiera sé lo que dirá. Deja de hacer un drama del asunto.

—Perderás la beca de alojamiento, no tendrás tiempo para ella entre tus clases y los entrenamientos. ¿Está Alex dispuesta a aceptar eso?

—No lo sé, pero me encargaré de que tome una decisión informada —rodé los ojos.

—Bueno, hijo, pareces lo suficientemente convencido —me dio unas palmadas en la espalda—. Suerte con tu chica. Espero que diga que sí.

—Sabía que estabas ahí en algún lado —le sonreí y le di un abrazo que fue algo inesperado para los dos—. Gracias. Por todo.

—Como sea, Aiden. Deja de crecer tan rápido ante mis ojos y vete antes de que me hagas llorar.

—Te amo, papá— murmuré, riéndome—. Nos vemos.

—Te amo, hijo. Nos vemos.

Luego de despedirme, me puse las protecciones, mi casco, y partí camino a casa de Alex en mi moto. Llegué exactamente a las 8, y tal como Alex me había dicho, el auto de su padre no estaba a la vista, solo el de su hermana, que al parecer no tenía ningún problema con que pasáramos tiempo en la habitación de Alex.

No estaba muy seguro de qué pensar de Tammy. Parecía una buena persona, incluso una buena hermana, pero a veces parecía incómoda entre tomar el lado de sus padres o el de su hermana. Suponía que después de lo que había vivido con ella hace unos años, era completamente comprensible. Al menos me relajaba el hecho de saber que, a diferencia de sus padres, no estaba apuntando activamente contra la yugular de Alex.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora