Parte II - Capítulo XLIX

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Aiden

No podía decir que me importara qué pasara con Amy, porque entonces estaría mintiendo. Suerte para todos, Ashley convenció a Travis de que Alex lo odiaría si supiera que algo le había pasado por su culpa, incluso si era ella la razón por la que estaba metida en este lío en primer lugar, así que la dejó ir con una clara advertencia de que si le decía de esto a alguien u omitía información importante, la cazaría por el resto de su vida. Eso fue suficiente para mandarla corriendo.

Con Ashley estuvimos horas revisando todas las pistas que podían ayudarnos. Travis estaba utilizando todos sus recursos para hacer la búsqueda más sofisticada mientras el alcalde salía en la televisión todos los días llorando por su hija cuando probablemente él tenía que ver en todo esto.

Yo, por mi parte, me las estaba arreglando para no caer en la desesperación absoluta. Si perdía la cabeza, nunca sería de ayuda para Alex. Si perdía la cabeza, había una persona menos buscándola y no me podía permitir ese lujo, no cuando toda la fuerza policial de esta puta ciudad estaba comprada.

Mamá y papá me buscaban para darme consuelo. Me decían que no había mucho que hacer y me aseguraban de que todo estaría bien, pero no tenía tiempo para escuchar palabras de aliento por mucho que vinieran de un buen lugar.

Me pasé días enteros revisando cada cosa que pudiera darnos una pista. Redes sociales de todo el mundo, los datos que Travis recopilaba sobre las antenas de los celulares. Las clases se habían suspendido por una semana por lo que no había mucho que pudiera hacer en la escuela y tampoco sabía si es que alguno tenía algo que ver.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado en el computador revisando tonterías que probablemente no me llevarían a nada, hasta que encontré algo que llamó la atención.

Algo que probablemente cambiaría todo.

Estaba en una cuenta de Instagram. Era una cuenta antigua que compartían todos los amigos de Alex. La última publicación había sido hace más de un año y por alguna estúpida razón tenían más de 2000 post en menos de dos años. Estaba llena de comentarios de muchas personas de la secundaria y lleno de fotos y videos de gente haciendo y diciendo cosas que no tenían sentido. Me sangraban los ojos en cada publicación (excepto en las de Alex, claro). Estaba casi seguro de que nada ahí nos serviría, pero estaba tan desesperado y con tanto tiempo libre que no me importaba, seguí revisando cada una de las publicaciones y comentarios y likes y los perfiles de todos los involucrados en busca de algo.

Por ahí por el post 500 que revisaba, me gané el premio gordo.

Era un video, de mala calidad. Estaban en una especie de fiesta, varias personas. Matthew estaba amarrado a una silla y uno de los chicos del equipo de lacrosse estaba aterrorizándolo con una araña del tamaño de su mano.

No fue eso lo que llamó mi atención, sino que lo que gritó en el video, claramente pasándola mal a pesar de estar borracho

"¡Ya basta! ¡No me acerques eso por favor! ¡Auxilio, joder! ¡No me lasti...!

Y entonces el video se cortaba. Los comentarios estaban llenos de emoticones de risa, como si algo de eso fuera gracioso.

El problema no era ese, el problema era que ese era el mismo audio que Amy nos había enseñado, el que supuestamente le habían mandado fingiendo que tenían a Matthew y que le harían daño.

No solo eso, sino que el audio de Instagram estaba cortado. El que le habían enviado a Amy era un poco más largo, lo que significaba que no cualquiera podría haber sacado ese audio de Instagram y haberlo enviado, tenía que ser quien tenía el video original (claro, siempre podían ser varias personas pero eso reducía a muy pocos los sospechosos). Había una alta probabilidad de que quien lo hubiese grabado, y estuviera en posesión del video completo, fuera quien tenía que ver con la desaparición de Alex.

Y creo que ya sabía quién era, y nos había tomado por tontos a todos por un largo tiempo.

***

—Reed, ¿qué haces aquí?

Matt me miró como un cachorrito asustado, como si estuviera a punto de patearlo.

—Necesito que me digas quién mierda grabó este video —le aventé mi celular por la cara, intentando establecer un punto. Con estos idiotas, la agresividad era lo único que servía, y si tenía que usar mi altura y mis músculos para intimarlo, lo iba a hacer. Si nada de eso funcionaba, no iba a tener problemas en arrastrarlo a un callejón oscuro y torturarlo hasta que me dijera.

—Uh... no estoy... no estoy seguro —dijo mientras miraba el video con un poco de confusión—. No tengo idea de quién lo grabó, estaba demasiado borracho. ¿Tiene esto que ver con Alex?

—Claro que tiene que ver con Alex, cabrón. Ahora será mejor que empieces a recordar algo antes de que te parta algún hueso importante.

—Tranquilízate, amigo —dio un paso atrás, como si eso fuera a salvarlo de mi furia—. No sé quién grabó el video, pero hay una persona que no sale en él y es la misma persona que manejaba esa cuenta de Instagram.

—Habla.

—Jake.

Con todas mis sospechas confirmadas, me di media vuelta y le dejé saber a Travis y a Ashley que teníamos que vernos en la guarida en los próximos cinco minutos.

Ambos estaban ahí cuando llegué, considerando que yo estaba al otro lado de la ciudad me había tardado un poco más de cinco minutos, pero definitivamente menos de lo que me habría tardado si no hubiera excedido por mucho los límites de velocidad.

—Es Jake Garret —escupí, y a mi lado Ash soltó un jadeo de sorpresa.

Travis no reaccionó demasiado, algo habitual en él.

—¿Fue ese el mismo hijo de puta que acosó a mi hermana en el baile?

—Ese mismo hijo de puta.

—¿Estás 100% seguro? —preguntó Ash.

—Lo estoy. Las pruebas que tengo no son definitivas, pero algo me dice... que es él. No es solo que fuese un imbécil la mitad del tiempo, siempre algo en él me parecío... mal, y no hablo solo de su personalidad de mierda y su egocentrismo descarado. Algo está realmente mal con él.

—¿Y ahora qué hacemos? Llegar a alguien como Jake Garret no será fácil. Es de las familias más influyentes justo después de los King. —murmuró Ashley, sonando frustrada.

—Es cierto en parte -consideró Travis-. Con todo ese dinero, habrá tomado precauciones. Podemos llegar a él pero nos tomará más tiempo del que tenemos.

—No necesitamos llegar a él a través de los métodos convencionales—dije, y por primera vez sentí esperanza de encontrar a Alex—. Tengo una idea mejor.

—Escúpela —masculló Travis.

—Luego de estos días, conozco a todos en esta ciudad como la palma de mi mano. La familia de Jake no solo es parte importante de la campaña política del alcalde, sino que tiene tratos importantes y bastante turbios en bienes raíces. No solo eso, sino que están en posesión de 25 propiedades en todo el país.

—Vale, ¿y eso como nos ayuda? —murmuró Travis, impaciente.

—¿Cuál fue el tipo de árbol del que venía la hoja que encontramos con Ashley junto a la camioneta de Alex? —pregunté.

Travis frunció un poco el ceño, haciendo memoria.

—Mis hombres lo identificaron como Tulípero de Virginia, pero claro, está en muchos lugares del Este así que no es como que sirviera de mucho... A menos...

—A menos que lo busquemos en las 25 propiedades de la familia Garrett —completó Ashley, sincronizándonos a todos en la misma sintonía—. Acabamos de reducir la búsqueda de todo el país a solo 25 propiedades.

—Es una apuesta arriesgada —mencioné con nerviosismo, ansiedad y esperanza—, pero podría funcionar. Tenemos que apresurarnos, porque podrían moverse en cualquier momento.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora