Parte II - Capítulo XXX

486 29 6
                                    

Alexandra

El resto de la semana pasó de forma parecida.

Al día siguiente, entramos de la mano a la escuela. Por supuesto, todo el mundo se giró a mirarnos y a murmurar. No me importaba lo suficiente como para entender qué estaban diciendo, y me las arreglé para ignorarlos a pesar de que había pasado gran parte de mi vida intentando agradarle a la gente. Pensaba que, si alguna vez me odiarían, sería porque verían detrás de mi fachada. Nunca habría pensado que sería por salir con un Raider.

Durante el almuerzo Katt y yo nos sentábamos con los Raiders. Primero solo eran Aiden, Katt, Gabe y Ashley, pero con el pasar de los días se fue uniendo más gente, y a pesar de que a veces era algo extraño, nadie nos trató mal. Ni siquiera Beatrice, que finalmente había desistido de de intentar seducir a Aiden. Pensé que habría alguna posibilidad de que esto terminara en una horrible pelea de chicas, pero no fue así en absoluto.

En los entrenamientos, las cosas eran extrañas también. A pesar de que ya no habría más partidos de los Raiders, se había decidido que seguiríamos entrenando juntas. Las chicas del norte no me hablaban y murmuraban cosas a mis espaldas. Sospechaba que Hayley era la más feliz al respecto, y parecía que la habían elegido como nueva abeja reina.

Por otro lado, las chicas del sur eran... no amables, pero cordiales conmigo, y Ashley se encargaba de mantener el balance perfecto. De alguna forma, sentía que nos habíamos convertido en buenas amigas, y ella y Katt estaban pasando un buen momento también.

No me di cuenta de la gran presión que había cargado todos estos años por ser perfecta hasta que ya no la tuve sobre mis hombros, hasta que los murmullos y los insultos dejaron de importarme y todo lo que me importaba era intentar ser tan feliz como fuese posible.

Esa se volvió una de las mejores semanas de mi vida, extrañamente.

Luego de eso, las vacaciones de invierno pasaron sin pena ni gloria. Aiden fue a vacacionar con sus padres y sus hermanos, y a pesar de que había sido invitada, no tenía una buena excusa para largarme por dos semanas sin que mis padres sospecharan y eventualmente averiguaran que no estaba con Katt. Después de todo, era normal presumir los destinos vacacionales entre las familias del norte y alguien podría mencionar que yo nunca fui con ellos a Miami. Además, tampoco quería darles ninguna razón a mis papás para sospechar de nuestra relación. Por mucho que odiara seguir manteniéndola en secreto, era lo mejor si quería ahorrarme dramas, y ahorrarle dramas a Aiden.

Tendríamos un montón de tiempo juntos ahora que la temporada de fútbol había terminado, así que recompensaríamos el tiempo perdido.

Cuando las vacaciones terminaron y volvimos a vernos todos, las cosas seguían siendo parecidas. Estaba pensando en eso cuando Matt, de todas las personas, se acercó a hablarme luego de que nos dejaran salir de nuestra clase diez minutos antes.

—Hola, Alex.

Lo miré de reojo, sin estar segura de qué hacer ahora. Estábamos solos, y Matt seguía siendo sospechoso en mi lista. Era además la primera persona del norte que se acercaba a hablarme directamente.

—Uhm... Hola, Matt.

Hubo un silencio que pareció durar años antes de que Matt finalmente soltara un suspiro.

—Lo lamento.

—¿Qué?

De todas las cosas que esperé que dijera, esa no era una de ellas.

—Lo lamento por todo lo que está pasando. Sé que debí haber hablado contigo antes, pero... Fui demasiado cobarde.

Oh, hombre, si ahora venía una declaración de amor juraba por todo lo que tenía que...

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora