Capítulo 23: El rescate

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Un par de días han pasado desde nuestro enfrentamiento contra la segunda luna creciente, yo Sabito, nuevamente no pude hacer nada. Empezaba a anochecer y por insistencia de Makomo, en estos momentos soy el único que está recostado en el futón.

Hace poco que recuperé la conciencia y al estar en estos momentos recostado, me hace preguntarme si realmente merezco ser el sucesor de Giyuu. Es la segunda vez que Giyuu tiene que enfrentarse solo contra un poderoso demonio.

Realmente soy patético.

A pesar de que me disculpé con Giyuu, el me trató de consolar diciéndome que no pasaba nada ¿Cómo que no pasa nada Giyuu? ¿De qué sirve ser tu tsuguko si siempre terminó inconsciente y tú siempre terminas protegiéndome?

- Si sigues arrugando tu frente, Makomo ya no te va a querer.

Vaya, esto sí que es nuevo, Giyuu está bromeando para tratar de tranquilizarme, pero eso no va a pasar.

- Agradezco tu intento de levantarme el ánimo, pero podrías dejarlo por favor.

- Lo siento.

- ¿Por qué te disculpas Giyuu? Soy yo el que debería disculparse.

- No tienes que hacerlo.

- ¡Por supuesto que sí!

- Sabito no es...

- ¡No digas que no es mi culpa Giyuu, si tan solo yo...!

- ¡¡YA BASTA!!

El grito de Makomo hizo que ambos nos quedáramos callados, fue tanta nuestra sorpresa, que no supimos cómo reaccionar.

- Por favor no sigan peleando.

Ahora las lágrimas salían de los ojos de Makomo. Qué clase de hombres somos si la hacemos llorar.

- Lo siento – Ambos respondimos al mismo tiempo.

- Si alguien debiese de disculparse aquí, esa sería yo.

- ¿Makomo?

Makomo, que estaba sentada sobre sus piernas, se gira hacia Giyuu y se inclina colocando su cabeza en el suelo.

- Por mi culpa, ahora los demonios saben tu nombre.

Un silencio sepulcral se cierne en nuestra habitación, con lo que acaba de decir Makomo hace que tanto Giyuu como yo agachemos la cabeza.

- Lo siento. Lo siento.

Makomo se disculpaba mientras llora, no me gusta verla de ese modo, así que, con algo de esfuerzo, me levanté para ir con ella y no fui el único, vi como Giyuu también se estaba levantando, pero dejé de mirarlo para enfocarme en Makomo.

Al dar el segundo paso, siento como si el piso se moviera porque empecé a caerme, si no fuera porque Giyuu me tomó del brazo, de seguro ahora estaría estampado en el piso.

Giyuu me ayudó a acercarme a Makomo y cuando estuvimos cerca de ella, me soltó para regresar a su lugar. Al parecer me quiere dejar a mí el tranquilizarla y le agradezco en silencio.

Me arrodillé enfrente de mi novia y al sentirme cerca, levantó su mirada para verme.

- ¿Sabito?

Sus ojos estaban rojos y cristalinos, esos ojos cian que tanto me gustan no deberían estar así, sus ojos siempre mostraban gentileza y determinación. Al escuchar que me llamaba, la tomé por los hombros y la acerqué hacia mí, la abracé para tratar de tranquilizarla.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now