Capítulo 31: Los hermanos demonios (Parte III)

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Era pasada medio día, mi hermana y yo, Kocho Shinobu, decidimos visitar a Giyuu e invitarlo para ir a comer todos juntos, además de así poder hablar un poco con él acerca de nuestra situación.

Aunque le dijimos a Giyuu que tendría todo el tiempo necesario para pensarlo, mi hermana y yo queremos tener algunos recuerdos agradables con él en caso de que una o ambas seamos rechazadas.

Cuando llegamos a su finca, por más que tocábamos la puerta nadie nos abrió, señal de que no había nadie en casa. Al pasar un par de minutos desistimos y decidimos regresar a nuestra casa.

Durante el camino, mi hermana y yo íbamos platicando de cosas triviales, hasta que nos topamos con el chico Kamado.

- Buenas tardes Kamado kun – Saluda mi hermana.

- B-buenas t-tardes Kocho san.

- Cielos Kamado kun, parece que te falta el aliento.

- B-bueno eso es porque acabo de terminar con el entrenamiento matutino de Rengoku san.

En verdad parece muy cansado ¿Qué tan exigente será el entrenamiento del pilar de la flama Rengoku? Al menos puedo ofrecerle una medicina para el dolor.

- Toma, es para el dolor muscular.

- ¡Muchas gracias!

- ¡Uhm, uhm!

Hasta ahora me di cuenta de que Kamado traía la caja de su hermana consigo, me pregunto por qué se escucha tan desesperada.

- Kamado kun ¿Qué le sucede a tu hermana?

- No lo sé – Responde – Ha estado así desde que nos cruzamos con Giyuu san y Uzui san.

- ¿Giyuu estaba con el pilar del sonido? – Pregunté.

- Si, al parecer iban a ir a un lugar algo retirado de aquí. Desde que nos despedimos de ellos, Nezuko ha estado inquieta.

- ¡Uhm!

- Parece como si quisiera salir – Dedujo mi hermana.

- Si, pero estamos a medio día, ella no puede salir.

- ¡UHM!

¡Cielos! ¿Qué le ocurre?

- ¿Y si la llevamos a la sombra? – Propone mi hermana – Quizás podamos descubrir que es lo que le inquita.

- Buena idea Kocho san.

- Kanae – Mi hermana le dijo – Puedes llamarme por mi nombre y sin honoríficos, ya que casi somos familia.

- ¿Eh?

Mi hermana se ríe al ver la cara de confusión de Kamado mientras caminábamos hacia la sombra. Al llegar al costado de una casa, donde hay bastante sombra, Kamado dejó la caja de su hermana en el suelo y la abrió.

- ¿Qué sucede Nezuko?

Kamado le preguntó a su hermana en cuanto ella salió de su caja.

- ¡Uhm, uhm!

- Qué raro – Kamado se dijo más para sí mismo.

- ¿Qué sucede Tanjiro kun?

Vaya, mi hermana sí que se toma mucha confianza con él, es verdad que le ofreció llamarla por su nombre por lo de Kanao, pero él no ha accedido a que se le llame por su nombre.

- Es que su olor es de pura preocupación.

- ¿Olor? – Pregunté.

- Si bueno, tengo un buen sentido del olfato, con ello puedo saber el estado de ánimo de los demás.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now