Capítulo 56: El rey de los demonios (Parte III)

1.1K 95 125
                                    

Había logrado llegar a tiempo para proteger a Tsutako de ese monstruo llamado Kibutsuji Muzan, yo Kocho Kanae, jamás había odiado a alguien como lo odio a él.

- No permitiré que le hagas daño a Tsutako san.

Me había parado por enfrente de Tsutako y de reojo la pude ver, estaba cubierta de sangre, tierra, hollín y lodo, no puedo imaginarme por lo que tuvo que pasar para estar en esas condiciones. Además de que se ve que tiene lastimada la mandíbula.

Sin embargo, cuando vi el estado de Giyuu, sentía que mi alma se me escapaba del cuerpo. Giyuu se encuentra en un charco de su propia sangre, puedo darme cuenta de que ha perdido el brazo izquierdo y también su ojo.

Quería ir a su lado y atenderlo, quería ir a ayudarlo, pero sé que, si hago eso en estos momentos, solo haré que me maten. Por lo que, con todo el dolor de mi corazón, no puedo moverme de mi lugar.

Tiene algunas vendas cubriéndolo y un torniquete improvisado, al parecer Tsutako trato de darle los primeros auxilios, pero en estas circunstancias eso no servirá de mucho, Giyuu necesita un tratamiento completo urgentemente.

- ¿K-Kanae... s-san?

Tsutako me hablaba algo asombrada y entre cortado, creo que la tomé por sorpresa el haberme aparecido así de repente.

- Tsutako san, quisiera pedirte que...

De repente, sentí como si una ráfaga de viento viniera hacia mí, por lo que por puro instinto me agaché y pude ver como una masa de carne y hueso pasaba por encima de mi cabeza.

En cuanto estaba de cuclillas, utilicé mis piernas para darme fuerzas y golpear esa masa con mi espada mientras me ponía de pie. Al desviar esa masa de su trayectoria, vi como esta comenzó a retractarse hasta convertirse en el brazo derecho de Muzan.

- Sera mejor que te largues de aquí.

Al escuchar esa voz, al ver ese rostro sin sentimientos, me hizo recordar a mi discípula y la sangre comenzó a hervirme.

- Tú me quitaste algo muy importante para mí.

- ¿Te quite algo importante? Mujer, ni siquiera te conozco.

- Mi nombre es Kocho Kanae y haré que pagues por todo lo que has hecho.

Comencé a correr hacia ese demonio y vi como de su espalda, unas especies de tentáculos con garras de hueso se movían como serpiente, de repente dos de esas cosas se lanzaron en mi contra.

- Respiración de la flor. Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.

Comencé a girar mientras corría y así poder desviar ese ataque, sin embargo, por más fuerza que coloque en mis brazos, no logro cortar completamente esos tentáculos tan molestos.

A pesar de no ser capaz de cortarlos, yo seguía girando y moviéndome hacia adelante para estar cerca de Muzan, en cuanto logré acercarme lo suficiente, jalé una gran cantidad de aire desde mi boca.

- Sexta postura: Melocotón giratorio.

Utilicé los giros de antes y con un poco más de fuerza en mis piernas, utilicé todo mi cuerpo para este ataque, sin embargo, aunque mi espada logro tocar el torso del demonio, jamás logre cortarlo del todo, mi espada se quedó a la mitad.

- A pesar de que tú también tienes una marca de cazador, no eres capaz de hacerme nada. Eres solo una niña.

Después de que Muzan se burlara de mí, por mi flanco izquierdo alcancé a ver como unas garras iban directamente hacia mi cabeza, por muy poco logré agacharme, pero vi como unos mechones de mi cabello comenzaron a caer al suelo.

Después de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora