Capítulo 39: El contraataque

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Esto no estaba funcionando, yo Tomioka Giyuu, estaba en estos momentos tirado en el suelo con ligeros cortes por mi cuerpo. Sin una espada, no puedo ocasionarle ningún daño a Muzan.

- Vamos Giyuu, dime dónde está el lirio y terminaremos con esta patética situación.

- No lo sé.

Intenté levantarme, pero de repente sentí una patada en todo mi estomago que me mandó a volar por los aires. Alcancé a ver como Muzan mantenía sus manos dentro de los bolsillos del pantalón mientras colocaba su píe en el suelo.

Tal parece que Muzan en verdad desea sacarme información del lirio, si no, no tendría sentido dejarme vivo a estas alturas.

Caí por unos escombros donde antes era una casa, quizás antes era un hogar pacífico y que ahora solo son piedras y maderas sin forma. Alcance ver los cadáveres de la familia que vivía en este lugar debajo de todo esto.

- Giyuu, Giyuu ¿Por qué prolongar más la agonía?

Escuchaba a Muzan acercándose, su voz era tan calmada que parecía que se estaba burlando de mi situación. Nuevamente intenté levantarme, pero antes de siquiera poner una rodilla en el suelo, vi a lo lejos la espada de mi maestro debajo de unas tablas.

Comencé a arrastrarme y podía escuchar la risa de Muzan por detrás de mí, no importa qué, pero debo tomar esa espada a como dé lugar.

De repente, sentí un fuerte golpe, seguido después de una gran presión en mi espalda, me di cuenta de que Muzan había colocado su pie izquierdo sobre mi impidiéndome continuar.

- Que lamentable Giyuu, arrastrándote como insecto. ¿Qué diría Tsunami si te viera en estos momentos?

No puedo dejarme llevar por las provocaciones y burlas de Muzan, debo estirarme lo más que pueda para sujetar la espada que está escondida para la visión de Muzan.

"Vamos, un poco más"

La voz del maestro Urokodaki me animaba a que siguiera estirándome y cuando por fin alcancé la espada, me giré para atacar a Muzan y logré cortarle la pierna, aunque esta se regeneró de inmediato.

- Si que eres persistente Giyuu. Ahora que tienes una espada ¿Qué vas a hacer?

- Que no es obvio.

Al ponerme de pie, regulé mi respiración, aumenté mi flujo sanguíneo para alcanzar la temperatura necesaria y activar la marca de cazador.

- ¡Te derrotaré!

Muzan abrió ligeramente los ojos y después se comenzó a reír.

- Ja ja ja ¿Acaso es una broma? ¿O me estas subestimando Giyuu?

¿Por qué se está riendo?

- Terminaré el trabajo de hace dos años Muzan, con estas marcas de cazador que te hicieron temblar de miedo en aquella ocasión.

- Giyuu...

Muzan de repente se colocó por enfrente de mí y me dio un golpe en el pecho que me hizo retroceder al no poder reaccionar.

- ¿Me quieres derrotar con esas imitaciones de marcas?

- ¿Qué?

- Esas marcas no son las mimas de hace dos años.

Muzan me ataca velozmente, apenas y puedo seguirle el ritmo.

- En aquella ocasión, tus marcas eran iguales a las de ese hombre.

¿De quién está hablando?

- Pero estas marcas...

Muzan detiene mi ataque y sujeta mi muñeca derecha con su mano izquierda, mientras que con su mano derecha me toma del cuello y me eleva varios centímetros del suelo.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now