Capítulo 58: El rey de los demonios (Parte VI)

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Estaba monitoreando la condición de Giyuu después de todo el tratamiento que le administré, yo, Kocho Shinobu, me siento un poco más relajada al ver estable a Giyuu.

Logramos detener la hemorragia y estabilizar su cuerpo, pero lamentablemente para cuando Giyuu despierte, lo más probable es que necesite de ayuda por el resto de su vida.

Perder un ojo y un brazo no es nada sencillo, más de la mitad de las actividades que realizaba a diario ya no podrá hacerlas, o por lo menos ya no él solo.

- Giyuu...

Tomé su mano derecha entre las mías y no dejaba de observarlo. Si salimos vivos de esta, te prometo que siempre estaré a tu lado, aunque mis sentimientos no sean correspondidos por ti, yo siempre te estaré apoyando.

- M-mmm...

Esa... esa era un pequeño quejido de Kanao. Al escucharla giré levemente la cabeza y pude observar cómo mi pequeña hermana se estaba despertando.

- ¿Maestra?

Ella observó a mi dirección completamente sorprendida y sus ojos se abrieron de más al ver el estado en la que se encontraba Giyuu.

- Her-hermano Giyuu.

¿Hermano? ¿Desde cuándo Kanao lo llama hermano? Ella intentó incorporarse para acercarse a nosotros, pero la detuve.

- No te esfuerces Kanao, tu condición aun es delicada.

- ¿Qué sucedió? – Me pregunta.

- ¿No lo recuerdas? Recibiste un ataque directo al corazón y...

- Perdone maestra, pero no me refería a eso.

Ya entiendo, estaba preguntando por Giyuu.

- Giyuu terminó así por proteger a su hermana mayor.

- ¿Hermana mayor?

- Si Kanao, ¿No recuerdas todas las veces que te platicábamos de ella?

- Así que... – Kanao sonrió levemente mientras susurraba – Así que también lograste salvarla, eres grandioso Giyuu nii.

- ¿Eh?

¿Qué quiso decir Kanao con eso? Pero antes de poder preguntarle, ambas escuchamos como la puerta de la sala se abría y al mirar de quien se trataba, nos dimos cuenta de que era Tsutako quien estaba ingresando, pero algo que traía en manos me llamó la atención.

- Tsutako san, ¿Esa es la nichirin de Giyuu?

Tsutako solo asintió antes de acercarse a nosotros y sentarse al lado de Giyuu.

- Entonces, ¿Esa fue la razón por la que saliste de este lugar?

Nuevamente Tsutako asintió.

- Allá afuera es muy peligroso, ¿Qué hubiera pasado si te encontrabas con Muzan? Cielos Tsutako...

Estaba realmente molesta.

- ¡Sabes que ese demonio te anda buscando y tu saliste de tu escondiste para buscar una espada! ¡Eso fue arriesgado e irresponsable!

Tsutako volvió a asentir mientras me mostraba un rostro deprimido.

- Si algo te llegase a pasar, ¿Con qué cara miraría a Giyuu? ¿Cómo le diría que moriste estando bajo mi vigía? ¿Qué...?

- L-lo la-mento.

- ¡¿Lo lamentas?! ¡En serio ustedes dos son...!

- Maestra.

Pude sentir la mano de Kanao sobre mi hombro y al voltear hacia mi derecha, vi que Kanao se había levantado de su lugar para estar cerca de mí.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now