Capítulo 32: Revelaciones

3.3K 178 536
                                    

Finalmente, la batalla en el distrito rojo había terminado, yo Tomioka Giyuu, junto a las demás chicas estábamos observando a un Uzui tirado en el piso.

- Escuchen bien. Estas son mis últimas palabras.

Uzui miraba el cielo nocturno como si fuera el fin del mundo ¿Acaso se le olvidó que Kanae y Shinobu están aquí?

- Ara ara Uzui san, que exagerado eres.

Tanto Kanae como Shinobu miraban a Uzui sin acercársele, ambas tienen una mirada muy dura con él.

- Dejando las bromas a un lado, el cuerpo me duele mucho ¿Me pueden dar la misma medicina que le dieron a Tomioka?

Aunque Uzui les haya dicho eso, las hermanas Kocho seguían sin acercársele.

- ¿Hola?

Ambas hermanas se giraron dándole la espalda y Shinobu me habló.

- Bien Giyuu san, regresemos a casa.

- Pero...

- Este lugar no es apropiado para ti – Me interrumpe Kanae.

- Pero Uzui san está...

- ¿Quién? – Pregunta Shinobu.

Hace tiempo que no veía a Shinobu tan enojada, pero no es la única, Kanae también lo estaba, aunque no lo pareciera.

- ¡Esperen, no pueden dejarme aquí! – Se quejó Uzui.

- Te lo tienes bien merecido y más – Shinobu le respondió.

- En serio voy a morir extravagantemente por el veneno.

- ¡Ah! Si es cierto ¡Nezuko san!

Shinobu llamó a Nezuko y ella se acercó hacia donde estaba Uzui tirado.

- ¡Uhm!

- ¿Eh?

De repente el fuego de Nezuko empezó a envolver el cuerpo de Uzui.

- Con eso será suficiente – Me dice Shinobu – Dejemos que los kakushis se encarguen de lo demás.

- ¿Lo vamos a dejar aquí solo?

- ¿Por qué no?

En serio ¿Por qué están tan enojadas estas hermanas?

- Giyuu san – Me llama Kanae – También tenemos que hablar contigo.

- ¿Sobre qué?

- ¿En serio no tienes una idea?

- No.

- Gi~yuu – A Shinobu se le empezó a marcar una vena en la frente – ¡Siéntate!

- ¿Qué?

- Que te sientes Giyuu san – Ahora fue Kanae.

Estuve sentado sobre mis piernas por unos 10 minutos mientras recibía regaños y advertencias de no volver a venir a este lugar. Yo no podía responder ni objetar nada, no me daban la oportunidad de decir absolutamente nada.

La risa de Uzui se escuchaba a lo lejos, a pesar de que aún no puede moverse, al menos ya parecía que estaba fuera de peligro.

- Ara ara Uzui san, tú no te vas a salvar de esto. Cuando llegues a la finca mariposa...

- ¡Ja ja ja lo sé y no me arrepiento!

Nuevamente las hermanas Kocho le dedican una horrible mirada a Uzui.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now