Capítulo 43: El demonio del odio

1.3K 113 198
                                    

Estaba arrodillado en el suelo, la espada del maestro Urokodaki se había partido por la mitad y se encontraba tirada, mientras que estoy sangrando demasiado por todas partes, yo Tomioka Giyuu, he aguanto lo más posible los ataques de Muzan hasta el momento.

- Ya deberías ser capaz de ver la realidad Giyuu.

Muzan estaba parado a unos cuantos metros de mí, su apariencia ha cambiado poco a poco, su cabello se alargó y está comenzando a cambiar de color, de negro a blanco, su rostro también ha estado cambiando.

Al parecer, la droga de Tamayo por fin está funcionando, Muzan está comenzando a debilitarse y estoy seguro de que en cuanto lleguen los demás, podrán derrotarlo.

< ¡Levántate! >

Ellos lo lograran, estoy seguro de eso.

< Tienes que levantarte >

- Acabemos con esto de una vez.

Vi como el brazo de Muzan se transformó en un látigo de carne y hueso y lo lanzó en mi contra, yo solo miraba sin remordimiento, mi trabajo ya estaba hecho.

< ¡Giyuu! >

- Danza del dios del fuego: Vals.

Estaba asombrado por lo que veía, Tanjiro había llegado justo a tiempo y cortó el brazo de Muzan que se acercaba peligrosamente. Al ver como se paraba por enfrente de mí, me relaje completamente.

- ¡Giyuu san!

Cerré los ojos un momento y sentí como alguien me sujetaba por la espalda.

- ¡Gi-Giyuu nii!

Esa era la voz de Nezuko, así que ella también vino, bien, así podrá ayudar a su hermano, ahora podré dejar todo en sus...

- Ni te atrevas a decir que lo dejaras todo en sus manos. Giyuu.

¿Eh? Esperen... esa voz... esa voz es la de...

- ¿Urokodaki... sensei?

Abrí los ojos de nuevo y vi que no me encontraba en la aldea, estaba en un lugar bastante oscuro, con agua en lugar de suelo y por enfrente de mí estaba parado el maestro Urokodaki, pero no era el único, había varios niños con él y todos traían puesto una máscara de zorro en sus rostros.

- ¿No te había dicho que eras muy fuerte?

- Tú, eres el chico de antes de ir a la selección final.

No hay duda, es él. Esa mascara de zorro con la espiral, aún la recuerdo.

- Giyuu – El maestro Urokodaki me habló – ¿De verdad quieres dejarles toda la responsabilidad en sus pequeñas manos?

- Pero yo ya no...

- ¡Todavía tienes cosas que hacer!

- ¿Sensei?

La máscara Tengu me impide ver el rostro del maestro, pero por el tono de voz que utilizó, solo me lo puedo imaginar enojado.

- Aún no has terminado, aún no has acabado con esta maldad, ¿No dijiste que serias el agua que limpiaría esta maldad?

Yo no le respondía al maestro, solo escuchaba.

- Makomo, Nezuko, Tanjiro y Sabito. Ellos te necesitan, tú eres su hermano mayor, ¿Sabes por qué nacen primero los hermanos mayores?

Yo solo afirme con la cabeza, ya que sé la respuesta a esa pregunta.

- Así es, para proteger y cuidar de los hermanos menores.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now