Capítulo 48: El demonio del arrepentimiento (Parte II)

1.2K 106 152
                                    

Esta batalla en contra de todos estos demonios se está volviendo asfixiante, yo Murata, he estado luchando y sobreviviendo como he podido. Algunos de mis compañeros que estaban a mi lado han caído, otros a duras penas se mantienen en pie.

Frente a mí, estos dos demonios no paraban de atacarme y de reírse de mí.

- Ja ja ja, sí que tienes suerte, cazador.

Aquella chica de nombre Susamaru me lanzaba esas molestas pelotas temari a gran velocidad, lo peor es con la ayuda de Yahaba, las direcciones que tomaban esas pelotas eran todo un misterio, ya que cambiaban de dirección a cada instante.

Por un instante, logré esquivar las dos pelotas que venían hacia mí, las otras estaban golpeando o despedazando a mis compañeros. Al haber esquivado esas dos pelotas, me fui directo en contra de Susamaru.

- ¡Ahhh!

Intenté golpear su cuello, pero de repente sentí como si alguien me agarraba por la espalda y me mandó lejos de Susamaru.

- ¡Qué patético!

Yahaba tenía sus brazos extendidos al aire y cada vez que unos de sus ojos se cerraban yo cambiaba de dirección y me golpeaba en otra parte. No podía hacer nada, los golpes no podía amortiguarlos y cada vez eran más fuertes, si esto continua, estoy seguro de que moriré.

- ¡Yahaba, déjame darle el golpe final!

- Cómo quieras.

Nuevamente el ojo de Yahaba se cerró y ahora me dirigía hacia ellos, al ver que iba a una gran velocidad, terminé por estamparme de fea forma en el suelo, solo por unos cuantos pasos de donde estaban los demonios.

- ¡Arg!

Caí de frente y literalmente Yahaba me había enterrado vivo, intenté levantar mi cabeza, pero solo podía ver el borde del cráter que había hecho con mi cuerpo.

- ¡Tch!

No podía ver qué pasaba, pero ese Yahaba se escuchaba molesto por algo.

- ¡Te atreviste a ensuciar mi ropa! ¡NO TE LO PERDONARE!

- Ya, ya, fue tu culpa por bajarlo de esa forma.

Escuchaba los pasos de los demonios acercándose a mí, yo ya no podía hacer nada, sentía que varios de mis huesos estaban rotos por todos esos golpes que recibí.

- ¡Uhg, qué asco! ¡Mira como lo dejaste Yahaba!

- ¡Y eso qué! ¡Se lo tiene bien merecido!

Podía sentir como uno de los demonios se había colocado muy cerca de mí, más precisamente por arriba de mi cabeza, intenté levantarla para por lo menos ver quien se había acercado.

Al levantar la mirada, pude ver como Susamaru se había puesto de cuclillas para mirarme más de cerca, ella sonreía de una manera un poco psicópata y me hacia una pregunta.

- ¿Cómo quieres morir? Puedo arrancarte las extremidades una por una, o puedo aplastar tu cabeza de un solo golpe, así que dime ¿Quieres que sea rápido y sin dolor, o lento pero seguro? Ja ja ja.

- A-arh...

Intenté decirle algo, pero me costaba respirar, creo que una de mis costillas perforó uno de mis pulmones.

- ¿Eh? No te escucho, ¿Puedes hablar más fuerte?

- N-no...

- Ja ja ja ¡¿Qué?! ¿El demonio te comía la lengua?

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now