Capítulo I: El despertar

5K 311 216
                                    

Una luz me molestaba los ojos, sin embargo, no quería abrirlos, podía escuchar el canto de los pájaros y las voces de algunas personas que no reconocía, definitivamente no eran las de Tanjiro y de los demás, además se escuchaban un poco lejos de donde estaba. Pensándolo mejor ¿Por qué puedo escuchar? ¿Por qué puedo sentir el futón en mi espalda? Abro los ojos de golpe y al parecer no fue buena idea porque la luz que me estaba molestando hace poco me entró de lleno por el iris, me levanto un poco y froto mis ojos tratando mitigar un poco el dolor.

Cuando por fin mi vista se acostumbra a mi entrono, puedo notar que no estoy en mi habitación, mis familiares tampoco están aquí y por sorprendente que parezca, no me siento cansado, estiro los brazos sin ningún problema cuando antes, estirar mi brazo izquierdo para apuntar mi espada, me representaba un gran esfuerzo. Fue entonces cuando lo note ¿Mis brazos? ¿Mis manos? Se supone que perdí mi brazo derecho, eso no era todo, todo era más pequeño, como los de un niño, empecé a verme y todo mi cuerpo se encogió.

- Pero que...

No pude terminar la frase porque noté como mi voz se escuchaba más infantil. ¿Qué fue lo que paso? ¿Será que estoy soñando? Me pellizco la mejilla y siento dolor, definitivamente no es un sueño ¿Alguna técnica demoniaca? No lo creo, los demonios, a excepción de Yushiro, desaparecieron ¿Algún efecto de la marca o de las medicinas? Podría ser. Debo encontrar de inmediato a Tanjiro o Nezuko y preguntarles ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué me trajeron a este lugar? ¡Un momento! Ahora que veo con más detalle, este sitio se me hace familiar, esa mesa, ese armario, acaso este lugar es.

- ¿Giyuu estas despierto?

Puedo oír el grito agudo de una joven, pero esto es imposible, aun cuando han pasado tantos años, me es inconfundible esta voz, ella no debería estar aquí, ella murió, ella.

- ¡Por fin despiertas! Me tenías preocupada, no despertabas durante toda la mañana por más que te llamaba.

- ¿Tsutako nee? – Estaba asombrado, no podía creer lo que mis ojos me mostraban. – ¡Tsutako nee!

- Mmm ¿Qué pasa Giyuu? – Me responde con una sonrisa. – Vamos levántate, lávate esa cara y acompáñame a la cocina para que comas algo.

Mi hermana empezó a caminar por el pasillo, alejándose de mí. No quería, aunque fuera una ilusión, no quería que se fuera. Así que me levanté rápidamente y corrí para abrazarla por la espalda.

- ¡Ah! – Da un pequeño grito – En serio Giyuu ¿Qué pasa?

- ¡No te vayas! ¡No me dejes otra vez por favor!

Grite y empiezo a llorar al sentir el calor de su cuerpo ¡Esta viva! Tiene que estarlo, aunque sepa que es imposible pero no me importa, la abrazo con más fuerza, si es un sueño no quiero que me despierten, mi hermana está aquí, está junto a mi otra vez.

- Mou Giyuu ¿Acaso tuviste una pesadilla? – Me pregunta mientras siento como su mano se posa en mi cabeza. – Tranquilo, no me iré a ningún lado.

Se voltea y me da palmadas en la cabeza, alzo la mirada para verla y ella, con la manga de su kimono, empieza a secar mis lágrimas.

Después de un rato me tranquilicé, obedecí la indicación de mi hermana de irme a lavar la cara, al terminar me dirijo a la que alguna vez fue mi cocina. Mi hermana estaba preparando la mesa, al parecer el desayuno ya tenía tiempo de haberla preparado, es verdad, me dijo que no despertaba durante la mañana. Me asomé por la ventana y pude notar como el sol estaba en su punto más alto, debe ser medio día.

- Giyuu – Me llama – Ven, siéntate y come por favor, debes de estar hambriento.

- Si – Le conteste, me acerque a la mesa, me senté y junte mis manos – Itadakimasu. – Empecé a comer.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now