Capítulo 46: El demonio del encandilamiento (Parte II)

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Habíamos llegado a lo que parecía una florería, yo Tamayo, estoy entrando junto con la hermana de Tomioka en busca del lirio de la araña azul, si es verdad de que esa planta se encuentra en este lugar, lo mejor que podemos hacer es destruirla de inmediato.

No sé qué es lo que está pasando por toda la zona, desde que regresamos al pueblo se ha escuchado de todo, desde grandes explosiones, arboles caerse y gritos desgarradores.

Lo único que puedo suponer es que los cazadores se están enfrentando al ejército demoniaco de Muzan. La verdad, todo era un caos, incendios por todos lados, cenizas cayendo como si hubiera pasado una erupción y las constantes peleas en los alrededores hace que este intranquila.

- ¡Aquí esta!

La voz de Tsutako hizo que me saliera de mis pensamientos y la observé detenidamente, ella al voltearse, porque me estaba dando la espalda, pude percatarme de que en sus manos había una planta sin florecer en una maceta.

- Tsutako san ¿Esa es...?

- Si. Es el lirio de la araña azul.

Ahora miraba detenidamente el lirio, ya que en realidad no parece una flor, diría que solo es un tallo muerto, pero si Tsutako está tan segura, entonces debe de serlo.

- Si ese es el lirio, entonces debemos destruirla.

- Si. ¿La aplastamos?

- No – Le respondí – Si hacemos eso quizás lo que necesite Muzan quede intacta, lo mejor es quemarla.

- Bien.

Salimos de la florería para acercarnos hacia una de las casas que se están quemando al norte, pero apenas ambas logramos salir, pude sentir como el viento se acercaba a nosotras acompañadas de un instinto asesino.

- ¡Cuidado!

Logré empujar a Tsutako unos pasos hacia adelante, pero ese viento logró cortar mi brazo derecho, lo que me ocasionó un gran dolor. Al voltear hacia la derecha, pude ver que Kokushibo estaba caminando, acercándose a nosotras.

- Creo que ya se han divertido bastante.

- ¡Tamayo san! – Tsutako me gritaba preocupada.

- ¡No es nada, tienes que irte!

- Pero...

Kokushibo volvió a atacarnos desde lejos.

- Séptima postura: Espejo siniestro - Gloria lunar.

- ¡Ah!

Pude ver como mi cuerpo era cortado en varios lados, caí de rodillas y con la mano que aún me quedaba, me apoyaba para evitar estar completamente tirada en el suelo.

- ¿De verdad creíste que podías escapar de mí, Tamayo?

- *Ha, ha*

Jadeaba por el dolor

- Siempre pude verlos, tu técnica no puede ocultarte de mi visión. Sé que los otros se escondieron en esa cueva, pude haberlos matados a todos ahí mismo.

- Entonces ¿Por qué? – Pregunté.

- Porque me dio curiosidad ver como regresaban al pueblo, quería saber por qué lo hacían.

Kokushibo dio un paso al frente, dispuesto a atacarme nuevamente, pero se detuvo repentinamente mientras miraba incrédulo a Tsutako.

- Eso que llevas en tus manos es...

Después de la tormentaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن