Capítulo 62: Después de la tormenta (Parte II)

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Estaba caminando por el mercado para comprar los víveres de la semana, las niñas se habían quedado en la finca mariposa porque aún había varios heridos que necesitaban atención.

Por lo que yo, Kanzaki Aoi, pretendía venir sola para llevar a la finca la comida de la semana, pero alguien "se ofreció" a acompañarme, y digo se ofreció, para no decir que se auto desafío a que podía cargar más cosas que yo.

- Lo vez Aoko, yo puedo cargar con todo esto y sin ayuda de nadie, ja ja ja.

- Si, sí, lo que digas Inosuke, ¡Pero no soy Aoko, soy Aoi!

- ¿Akiko?

- ¡¿Quién es esa?!

Seguía caminando para evitar enojarme con él, sé que no lo hace a propósito. Por lo que me han dicho y he descubierto, Inosuke solo dice correctamente el nombre de alguien a quien de verdad aprecie.

- ¡Oye Aoi! ¿Falta mucho?

- No, solo debemos comprar condimentos en esa tienda y habremos terminado, ¡Y mi nombre no es Aoi, es...! ¿Eh?

Me giré para mirar a Inosuke y pude ver como se estaba riendo.

- Ja ja ja ¡Deberías ver tu cara!

- Espera, ¿Cómo dijiste que me llamaba?

- ¿Uhm? Pues claro que Aoi.

Inouske parecía confundido al responderme.

- ¡Espera! Si podías decir mi nombre correctamente ¿Por qué no lo hacías desde el principio?

- Porque era divertido ver tus expresiones.

Me comencé a enojar.

- ¡Si serás...! ¡No te haré tempura esta noche!

- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué no lo harás?!

- ¡¿Qué no es obvio?!

Ya habíamos llegado a la tienda y la dueña de esta, que era una dulce anciana, nos estaba mirando con una cara divertida.

- Hay pequeños, me recuerdan mucho a mi difunto esposo y a mí cuando éramos jóvenes.

- ¿Eh? – Me sorprendí por sus palabras.

- Está bien tener peleas de parejas, pero traten de hacerlo más discretamente, fu fu.

- ¡¿Parejas?!

Sentía mi cara arder ante las palabras de la señora.

- ¿Parejas? ¿Eso se come? – Pregunta Inosuke.

- Bueno, eso depende fu fu.

- ¡Señora, por favor no diga eso! ¡Y no, eso no se come Inosuke!

Después de la risa de la señora, las dos nos calmamos y procedí a comprar lo que me faltaba para la semana, en cuanto pagamos comenzamos el viaje de regreso, pero la señora me hablo antes de retirarme.

- Querida, en verdad hacen una bonita pareja, acepta el consejo de esta anciana y déjate llevar.

- Gr-gracias.

Creo.

Con eso dicho nos alejamos de la tienda. Durante el trayecto Inosuke no paraba de decir lo grandioso que era y de cómo podía cargar con todas las bolsas del mandado, incluso con el paquete de arroz que era bastante pesado.

Ya me he acostumbrado a escuchar sus elogios así mismo, pero es la primera vez que lo veo hablar así sin su mascara de jabalí, lo que me hizo preguntarle lo siguiente.

Después de la tormentaWhere stories live. Discover now