Capítulo 82

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En la mañana de su decimosexto cumpleaños, Harry se despertó con la sensación de unos suaves dedos que le acariciaban las mejillas y la mandíbula. -Buenos días, precioso-, saludó Draco en voz baja, borroso en los bordes debido a que Harry no llevaba gafas. El rubio se inclinó hacia él, besándolo lentamente. -Feliz cumpleaños-.

-Mm, ciertamente lo es-, asintió Harry, levantando el edredón para que Draco pudiera unirse a él en la cama. El Slytherin tenía un poco de frío, y se arrastró ansiosamente hacia el capullo de mantas de Harry, acurrucándose. -¿Qué haces aquí?- A pesar de la tentación, y de saber que a sus tutores no les importaba realmente en ese momento, Harry se había ido a la cama solo.

-Quería ser el primero en desearte feliz cumpleaños-, murmuró Draco, enredando sus piernas. -Y pensé que tal vez podría darte parte de tu regalo antes de tiempo-. Sus labios rozaron el borde de la boca de Harry.

Harry sintió que el calor le subía a las mejillas, incluso cuando otra parte de él también recibió un rápido impulso de sangre. Su regalo... habían decidido, juntos, que estaban listos para tener sexo, y decidieron que el cumpleaños de Harry era el día para hacerlo. Por mucho que pareciera un poco cliché, hacerlo tan pronto como la pareja más joven cumpliera los dieciséis años... pero querían que fuera especial, así que la planificación previa parecía el camino a seguir.

-Oh-, respiró, inhalando el aroma del shampoo de Draco mientras el rubio se abría paso por el cuello de Harry, chupando justo en el punto que se sentía como una línea directa a la polla de Harry. La respiración de Harry se entrecortó, su cuerpo se arqueó automáticamente, buscando desesperadamente la fricción. -¿Ahora? ¿Tú crees?- ¿Qué tan temprano era? Si se perdían el desayuno, alguien vendría a buscarlos.

-He dicho parte de tu regalo-, murmuró Draco, aunque su mano se deslizó por debajo de la cintura de los bóxers de Harry. -No el regalo principal. Considera esto un... adelanto-.

Harry se relajó; eso era algo que podía soportar completamente. Se dio la vuelta, tirando de Draco encima de él, empujando sus caderas contra el cuerpo de su novio. Merlín, no podía esperar.

Draco empezó a contonearse por el cuerpo de Harry, tirando de los calzoncillos del chico moreno hacia abajo, lamiéndose los labios con atención. Harry se estremeció, jadeando, cuando la boca de Draco recorrió su longitud, con los ojos grises fijos en la cara de Harry todo el tiempo. Harry se apresuró a buscar sus gafas; quería poder verlo bien.

Draco lo tragó profundamente, gimiendo en su garganta, y Harry trató de no ahogarlo mientras una mano se enredaba en el sedoso cabello rubio. Los dedos empezaron a jugar con sus pelotas, deslizándose ocasionalmente hacia atrás, buscando expertamente todos los puntos más sensibles de Harry. Harry echó la cabeza hacia atrás contra la almohada, con el placer creciendo en sus venas.

Y entonces se oyó un fuerte golpe en la puerta. -¡Feliz cumpleaños, cachorro!- Llamó Sirius con fuerza, golpeando otro par de veces por si acaso. Draco se atragantó y se apartó de la polla de Harry, con la saliva saliendo de su boca. -¡Ceri está haciendo tortitas, baja cuando estés listo!-.

Entonces se hizo el silencio fuera, y Harry miró a Draco, que seguía arrodillado entre sus piernas, aunque la erección de Harry se había desinflado al oír la voz de su padrino.

-Sabía que estabas aquí-, se dio cuenta Harry, totalmente mortificado. -Si no, habría entrado-. Draco se puso muy rojo, limpiándose la boca.

-No puede-, negó, sacudiendo la cabeza. -Yo... seguro que no...- Pero se interrumpió ante la mirada cómplice de Harry; Sirius se habría dado cuenta de que Draco se acercaba a hurtadillas y había decidido interrumpir en voz alta.

LILY'S BOY Where stories live. Discover now