Capítulo 105

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Harry durmió durante casi un día entero. Y cuando se despertó, le dolía.

Un gemido bajo brotó de sus labios, y oyó una suave risa por encima de él, con los dedos pasándole por el pelo. -La Bella Durmiente despierta-, se burló Draco en un susurro cariñoso.

El rubio estaba apoyado en las almohadas, con la cabeza de Harry sobre su pecho. Harry no llevaba las gafas, así que todo estaba un poco borroso, pero le pareció que Draco sonreía cuando levantó el cuello.

-¿Tiempo?- Harry carraspeó, con la voz ronca. La cabeza le latía con fuerza, le dolía la cara y la garganta e incluso los oídos; probablemente por todo el llanto, se dio cuenta tardíamente.

-Las seis y media-. Harry frunció el ceño; no era tanto tiempo. -Por la mañana-.

Oh.

Lentamente, Harry se sentó, frotándose los ojos y poniendo los hombros rígidos. Su cuerpo definitivamente se sentía como si hubiera pasado por una batalla. -¿He estado fuera todo el día?- se dio cuenta, tensándose de repente. -¿Qué me he perdido? ¿Cómo están todos? Sirius...- Draco lo cortó con un beso, con el pulgar acariciando su nuca de forma tranquilizadora.

-Está bien-, prometió. -Me desperté anoche alrededor de las ocho, lo llamé por el espejo y comí algo-.

Ante la mención de la comida, el estómago de Harry rugió con fuerza. Draco soltó una risita. -¿Pedimos el desayuno en la cama?-.

Era tentador. Muy, muy tentador. Pero ahora que Harry estaba despierto, la conciencia volvía lentamente a él, quería moverse. Nunca había dormido tanto tiempo en su vida, y aunque sus miembros estaban doloridos, sabía que se sentirían mejor una vez que se levantara y caminara un poco.

Y quería ver qué había pasado, en el tiempo que había estado dormido. Un día entero, cuando aún había tanto por hacer... ¡¿Cómo podían dejarle dormir tanto tiempo?!.

-Vamos abajo-, decidió, alcanzando sus gafas, poniéndolas en su cara justo a tiempo para captar el ceño fruncido de Draco.

-¿Estás seguro? Es temprano; puede que la gente no esté levantada-.

-Los elfos lo harán-. Harry quería agradecerles, por toda su ayuda durante la batalla. Probablemente, muchas más personas habrían muerto sin su intervención.

Draco suspiró, pero no discutió cuando Harry se levantó de la cama, buscando algo de ropa.

Con cuidado de no despertar a Neville y Ginny, que estaban profundamente dormidos y ni siquiera se habían molestado en levantar el tabique antes de desmayarse, los dos chicos se vistieron y salieron sigilosamente de la habitación. Con un rápido desvío al baño para que Harry pudiera lavarse la cara en un intento de sentirse más humano, bajaron a la sala común. Para sorpresa de Harry, Fleur estaba levantada, acurrucada en un sillón junto al fuego. Sonrió ampliamente al verlos. -¡Harry!-, saludó, tranquila pero emocionada. -Me alegro de verte bien. A ti también, Draco-.

-Lo mismo digo-, dijo Harry con vehemencia, sintiendo un alivio al verla. -¿Estás bien? ¿Y toda la familia?-.

-Todos los Weasley presentes y contados-, confirmó ella, con una sonrisa jugando en sus labios. -Percy perdió unos cuantos dedos, y Arthur necesitará descansar unos días... Golpeó a su 'ex' en las costillas-, elaboró. -Pero todos están vivos. Blaise, Angelina y Sirius están vivos. Y mis padres, aunque papá está en el ala del hospital. Ha perdido mucha sangre-. Ante la mirada de preocupación de Harry, ella negó con la cabeza. -No, no, está bien. Creo que disfruta de la oportunidad de recibir la atención de Maman-, añadió burlonamente.

-Bueno, eso está bien, entonces-, dijo Harry con una risa. -Eso... eso está muy bien-. Le quitó un enorme peso de encima, al saber que la familia había salido relativamente ilesa. Eran tantos, que le había preocupado que fuera demasiado pedir que todos sobrevivieran... pero habían entrenado bien, y tenían mucho que vivir. Eran luchadores.

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