Capítulo 99

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-La casa está llena, pero tenemos algunas tiendas de campaña instaladas en el jardín-. Sirius mostró una sonrisa a través de la superficie del espejo. -Incluso han venido un par de elfos más, lo que creo que Tinker agradece-.

-¿No es Essie?- preguntó Harry, sonriendo. Sirius resopló.

-Apenas. Cree que estamos insinuando que no está a la altura-.

Era tarde, y Harry estaba en la cama charlando con Sirius, poniéndose al día de la vida fuera de Hogwarts. Se alegraba de que la Mansión Potter estuviera ayudando a tanta gente, aunque fuera un poco horrible imaginar cuántas familias habían sido desplazadas por los mortífagos.

Cuántas no habían logrado ponerse a salvo.

,¿Y cómo están los niños de Grimmauld? ¿Terminaste por trasladarlos?- Harry sabía que su padrino se debatía entre llevar también a los cinco niños a la Mansión Potter, Grimmauld era más un hospital de urgencias que un verdadero refugio, y no se podía esperar que los sanadores de allí siguieran cuidando de los niños al igual que de sus pacientes. A pesar de que los niños insistían en que podían cuidarse solos.

Estarían mejor en la Mansión Potter, donde había otros de su edad.

Pero Sirius se encariñó con ellos, ahora. Le gustaba tenerlos en Grimmauld.

Harry observó cómo el animago canino se mordía el labio. -Sí, los llevamos el fin de semana, cuando apareció la tía de Kevin-, suspiró Sirius. -Uno de los otros chicos de la casa es uno de los compañeros de dormitorio de Frankie en Hogwarts, así que se alegraron de verse. No... no creo que Nashira estuviera tan contenta de estar allí. No creo que ninguna de ellas sepa cómo lidiar con tanta gente alrededor, después de todo el tiempo que pasaron solas-. Se pasó una mano por su largo cabello. -Pobres niños. Aunque será bueno para ellos tener una compañía adecuada-.

-Pero los echas de menos-, remató Harry con conocimiento de causa.

-Pero los echamos de menos-, coincidió Sirius. -Merlín, cachorro. Espero que conozcas pronto a estos chicos. Te encantarán. Nash es un pequeño monstruo de la insolencia, como tú-.

Harry se rió. -Yo también lo espero-. Ladeó la cabeza, curioso. -¿Hemos averiguado ya cuál es el plan para los demás huérfanos de guerra?- Los de la Mansión Potter no eran los únicos ni mucho menos. La mayoría estaban a salvo en Hogwarts, pero eso no ayudaría cuando llegara el verano. -No es que haya un orfanato o algo para ellos-.

-Los mantendremos a salvo donde podamos, por ahora. Si pueden ir a casas de amigos, o quedarse en un piso franco. Cuando termine la guerra... pruebas de herencia para los muggles, para ver si tienen alguna conexión familiar que pueda acogerlos. Y buscar en el mundo muggle, por supuesto tías, tíos, abuelos. Tendríamos que asegurarnos de que es seguro revelarles el secreto, pero eso suele salir bien. Lo mismo para los otros niños; buscaremos una familia que los acoja, o padrinos-.

-¿Y si no tienen ninguno?- preguntó Harry, muy consciente de que muchos hijos de mortífagos tenían familias enteras al servicio de Voldemort.

-Entonces encontramos gente dispuesta a cuidarlos. Los niños mayores serán bastante fáciles de acoger; están en Hogwarts la mayor parte del año. Pero esperamos encontrar suficiente gente dispuesta a adoptar. Depende de cuántos seamos al final, cuando el polvo se asiente. Amelia ha sugerido que nos pongamos en contacto con squibs, o con familias de otros muggles que sepan de magia. Con controles estrictos, por supuesto- añadió Sirius, al ver que el pánico se reflejaba en la cara de Harry. -No dejaremos a ninguno de ellos solo, cachorro. No dejaremos que lo que te pasó a ti le pase a otro niño-. Sus ojos grises se volvieron suaves. -Confía en mí, ¿sí? Estarán bien. Diablos, yo mismo adoptaría a cada uno de ellos antes de dejar que ocurra otra situación como con los Dursley-.

LILY'S BOY Where stories live. Discover now