5 días [COMPLETA]

CAPÍTULO 5 - Borraxxa

Kayla y yo nos alejamos de Nathaniel y vamos a la cocina a buscar la bebida por la que íbamos antes. Mi amiga camina rápido, se la ve ansiosa por llegar.

- No deberíamos haber venido, no sé qué se me pasó por la cabeza. ¿Por qué tenía que estar él aquí? - dice aunque sé que está hablando para sí misma en alto.

Miro a Kayla y veo en su cara una mezcla entre dolor, tristeza y rabia. Los dos me dieron muy buena impresión al principio, parecen muy buenas personas. No sé qué hicieron, pero voy a intentar no pensar en eso, la verdad es que no es de mi incumbencia. 

A quién vas a engañar, te estás muriendo de curiosidad.

Es verdad, necesito saber qué pasó entre ellos y no voy a descansar hasta averiguarlo.

Llegamos a la cocina y la veo buscando bebidas entre los estantes. Cuando se da la vuelta y deja varias botellas sobre la mesa, pienso que es para escoger una y beber de ella. Para mi sorpresa, empieza a beber de varias. Ni se molesta en servirse en una copa, bebe directamente de la botella.

Abro los ojos impactada, pero ni siquiera repara en mi presencia. Está bebiendo tanto y tan rápido que parece buscar algo que se encuentra en el fondo de la botella. Debería pararla.

Me acerco a ella y agarro la botella de la que bebe.

- ¿Qué estás haciendo? Devuélveme eso - Kayla intenta recuperarla, está enfadada.

- No, de hecho creo que deberías parar, vas muy rápido.

- Quién te crees que eres, ¿mi madre?

- No, una amiga preocupada. ¿Por qué estás bebiendo tan descontroladamente? ¿Es por Nathaniel?

- ¿Qué más te da?

- Me importa si tiene que ver contigo, eres mi amiga.

- Pues no les ha ido nada bien a mis "amigos" - dice resaltando la última palabra con ironía -. Son todos unos falsos, unos mentirosos, unos grandes hijos de...

- ¿De puta?

- Sí, exacto. Grandes hijos de puta.

- No soy como ellos, no quiero que te emborraches... más - comento después de una pequeña pausa.

- Gracias, Ali - dice mientras me abraza.

¿Borracha se pone bipolar o cómo?

- Me voy a ir a buscar a Leila - le informo mirando la hora en el teléfono, son ya las dos de la madrugada -, estará esperando por nosotras. Vuelvo en unos minutos, no quiero que te muevas de aquí ni que toques una sola botella, ¿vale?

- Sí, señora.

Madre mía, no le sienta nada bien el alcohol.

Camino hasta el salón de antes y busco a mi amiga entre las personas que están en la pista de baile. No está por ningún lado. Voy a mirar por los sillones y sillas que hay por la habitación, nada; salgo al jardín y busco por este y por la piscina, nada; voy a donde Ben y Dani están sentados y les pregunto, no la han visto. Por último y con las esperanzas ya perdidas, voy al aseo a ver si se encuentra allí. Abro la puerta y miro en los servicios. Nada, ni rastro de ella. Cuando salgo de este, decido irme por el lado que no entré para ver si aparece por otro lado y la localizo. La encuentro, pero no está sola. Ya sé por qué no la veía por ningún lado. Está contra la pared con un tío literalmente comiéndosela.

- ¡Leila, llevo un rato buscándote! Me asustaste, no te encontraba.

- Alison - dice separándose del chico -, es que estaba... ocupada.