CAPÍTULO 58 - Love Me Like You Do

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Desde que Tyler me trajo a casa la noche de su muerte, no he vuelto a hablar con él. Ese día me preguntó si quería que se quedara conmigo a dormir esa noche o todas las que quisiera, pero rechacé su oferta. Sé que si me lo hubiera preguntado en cualquier otro momento le habría dicho que sí sin pensármelo dos veces, pero ese día necesitaba estar sola. Para pensar, para reflexionar, para darme cuenta de cómo sería mi vida ahora sin ella...

Desde que puse un pie en el apartamento esa noche sentí que ella ya no estaba. Sabía que no habían pasado ni cuatro horas desde que había muerto, pero lo podía sentir perfectamente, pues su energía ya no se percibía por todos los rincones y habitaciones del piso. Todo estaba tan triste, tan... vacío y sin vida.

He empezado a traer ciertas cosas suyas a mi habitación para que me recuerden a ella, como su cojín favorito, el que solía abrazar cuando estábamos juntas en su cama porque me iba a contar algo importante de su día o algún chisme del que se enteró. No soy de esas personas que no vuelven a entrar a las habitaciones de las personas que perdieron ni de las que no vuelven a nombrarlas nunca más ni el hecho de que han fallecido, soy más de las que se pasan días e incluso semanas abrazada a sus cosas para poder recordarla como si nunca se hubiera ido, aunque sé perfectamente que ella ya no está y me dolerá por mucho tiempo solo pensarlo.

De todas formas, prefiero hacerle frente a lo que pasó y aceptar su muerte, que ya no está con nosotros, para así poderlo superar más fácilmente y poder continuar con mi vida. Aunque nada volvería a ser igual, de eso estoy segurísima. Pero sinceramente, creo que de esta forma es más sano. Soy de las personas que creen que tienes que aceptar las cosas y enfrentarte a ellas, porque el tiempo no va a ayudarte a sanar si no pones de tu parte.

Pasé... ¿cuánto llevo ya? ¿Seis o siete días, quizás más? Sin salir del apartamento. Recibí incontables llamadas de mi madre, de Sonia, de Emma... preguntándome por qué llevaba varios días sin contestarles a sus llamadas o mensajes. Les expliqué - por mensaje porque no tenía fuerzas ni para atender una simple llamada - que estaba enferma y necesitaba unos días para recuperarme, cosa que no estaba tan lejos de la realidad.

Tyler también me llamó bastantes veces durante esos días, pero al ver que no contestaba, paró de tratar de contactarme. Sin embargo, no se rindió del todo, sino que pasó a los mensajes. Le contestaba a algunos de ellos y le decía que estaba bien, algo que tanto él como yo sabíamos que no era verdad.

Si voy a ser sincera, durante estos días no he salido prácticamente de la cama. Eso sí, no he dejado de llorar desde que Tyler me dejó en el apartamento aquel día. Mis días se basan en despertarme tarde, llorar mientras rememoro nuestros momentos juntas y rebusco entre sus cosas a la vez que escucho música, quizás comerme algo - aunque no lo hago ni tres veces al día para ser sinceros -, ducharme y volverme a dormir. Divertido, eh.

En momentos como este, en los que la tristeza y pesadumbre se apoderan de ti, consiguen hacerse con el control de cada célula de tu cuerpo, retirando tus ganas de hacer cualquier actividad. Me siento como un cuerpo sin alma vagando por un apartamento deshabitado y sin vida, sin sentimiento alguno más que la melancolía y la soledad. Porque a veces, el dolor es tan fuerte que se convierte en el motor de nuestras almas.

Intento no pensar mucho en Kayla, en verdad que lo intento, pero me es prácticamente imposible. A cada lugar donde mire me recuerda a ella: el sofá donde nos sentábamos muchas noches a ver películas y comer palomitas, la cocina donde pasábamos - más bien ella pasaba mientras yo la incordiaba - varias horas cocinando, esta cama donde nos sentábamos prácticamente todos los días para hablar de lo que habíamos hecho ese día - vaya, donde nos contábamos todos los cotilleos -...

Porque aunque trate de pensar en otras cosas para despistarme, siempre consigue aparecer en mis pensamientos. Pero es demasiado complicado tratar de eliminar de tu vida de repente a alguien que la ha marcado tanto.

5 días [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora