CAPÍTULO 46 - Karma

13 4 15
                                    

Camino por la calle a un paso moderado, pero siento como si mis piernas tuvieran vida propia, queriendo llegar rápido para terminar con esta tortura lo antes posible. Sin embargo, a la misma vez siento que voy despacio, como si todo el mundo estuviera yendo a cámara lenta a mi alrededor. De hecho, no entiendo la razón por la que voy tan apurada si lo menos que quiero en todo el mundo es llegar a la cafetería.

El corazón me late como nunca contra mi pecho, el sonido retumbando en mis oídos. No puedo escuchar otra cosa que no sea mi acelerada respiración o mis disparatados latidos. Mi mente está dispersa y trabajando a toda velocidad, barajando todas las maneras en las que la puedo haber cagado. Y son demasiadas.

Recorro las calles y los "pasos de peatones" - si se les puede llamar de esa forma - de Nueva York como si estuviera paseando por un tranquilo prado, sin prestar siquiera atención a los millones de vehículos que transcurren por la carretera pasando junto a mí. Cualquiera diría que pienso que soy inmortal.

Por favor, no imiten estas acciones temerarias ni lo prueben nunca.

Pero estoy tan perdida en mis pensamientos, tan ensimismada en mí misma, que ni escucho las ruidosas bocinas de los coches.

Tengo que respirar, tengo que relajarme, porque va a ser aún peor si llego allí en este estado tan deplorable. Creo que si ahora mismo me preguntas por mi nombre no sabría ni qué responderte.

Pero es imposible mantener la calma en este momento; no puedo hacerlo sabiendo con quién he aceptado verme.

Aunque también puede ser que esté paranoica, que de verdad solo quiera pasar un rato conmigo para hablar como en los viejos tiempos. Porque nadie se enteró de lo que pasó. ¿No? Eso espero.

Es que eres tonta, en serio, no sé qué se te pasa por la cabeza a veces. No sé si es que te caíste de pequeña o viene de nacimiento, pero tienes que tener algún tipo de retraso porque esto no es normal. En serio, no es normal que no pienses estas cosas antes de aceptarlas.

¡Fue todo muy repentino! Me puse nerviosa y ya estaba suficientemente alterada porque justo ese día era en el que teníamos que enviar el nombre del asesino, así que tengo mi excusa. No seas tan dura conmigo.

Es que lo que yo tengo que aguantar...

Pero si alguien se hubiera enterado, si alguien quisiera que lo pasara mal, que sufriera las consecuencias de lo que sucedió, de lo que yo hice, esa sería ella.

Nada por lo que preocuparse, ¿verdad?

Finalmente, giro la última esquina y llego a la cafetería. Encuentro a Julie sentada en una de las mesas de la terraza, con una gabardina gris, un bonito sombrero negro y unas gafas de sol que combinan con el atuendo mientras mira al frente con tranquilidad, esperando a que llegue. Y nada más verla ahí, en persona tras todo este tiempo, todo se hace más real. Los recuerdos vuelven e invaden mi mente, haciendo que una sensación incómoda y desagradable recorra todo mi cuerpo. La garganta se me seca y mi cuerpo se paraliza por completo. Esto fue mala idea, mejor...

Pero antes de que pueda darme la vuelta para volver por donde vine, eleva su brazo para saludarme. Me sonríe alegremente y hace un gesto con la mano para que me acerque a la mesa. Yo, en cambio, maldigo para mis interiores, porque mierda, ya me ha visto.

Pienso en salir corriendo y decirle que esa no era yo si me pregunta, pero mis piernas se empiezan a mover hacia delante antes de poder evitarlo. Y sin darme cuenta, estoy parada frente a ella. Estoy frente a Julie Marxon, una de mis mejores amigas del instituto y el primer año de carrera y la antigua novia de... él.

- ¡Alison, cuánto tiempo! - me saluda con una efusiva sonrisa, abriendo sus brazos para abrazarme.

- ¡Hola, Julie! - respondo, imitando su afectuosa actitud -. Vaya, estás bastante cambiada desde la última vez - añado, mirándola de arriba a abajo -. El platino te sienta bien.

5 días [COMPLETA]Where stories live. Discover now