CAPÍTULO 7 - In Your Eyes

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Salgo de mi primer entrenamiento hecha una furia y me voy al vestuario a cambiarme de ropa y a darme una ducha. Al entrar me encuentro con Sonia.

- ¿Qué tal el entrenamiento? - le pregunto -. Se te ve agotada.

- Bien, fue intenso, pero bien. Solo espero que nos deje más descansos la próxima vez.

- Sí, yo necesito una ducha bien fría para quitarme todo este sudor y malestar del cuerpo.

- ¿Qué tal el capitán? Vi que se dieron unas cuantas miradas de odio al final del entrenamiento.

Vaya, no sabía que nos había visto.

- ¿Te soy sincera? - asiente con la cabeza -. Un tremendo idiota. Se cree mejor por ser el capitán, es un creído, un imbécil...

- Wow, todo eso en un solo entrenamiento. No quiero verte a final de mes, eres la que más tiempo vas a tener que compartir con él.

- ¿Y eso por qué?

- Bueno, al él ser el base y tú la escolta, deben estar compenetrados en el campo y tendrán que practicar muchas jugadas juntos.

- Mierda - digo estampando mi mano contra mi cara -, no había pensado en eso.

- Pues deberías ir haciéndote a la idea, no queda mucho tiempo para que comiencen los partidos entre universidades.

- Es verdad.

- Me voy a dar una ducha, luego seguimos hablando.

- Sí, yo también.

Sonia se mete en una de las duchas individuales y yo en otra. Giro el grifo hacia la parte fría y siento el agua caer por la cabeza de la ducha empapando a su paso mi pelo y mi cuerpo. Me enjabono y vuelvo a abrir el grifo. Cuando termino, me envuelvo con una toalla y salgo afuera. Miro alrededor y no veo rastro de la chica, creo que me tardé mucho. Me pongo una ropa más adecuada para la situación, cojo mis cosas y pido un taxi para ir al hospital.

Al llegar, pregunto por la habitación en la que se encuentra mi amiga y me dicen que están terminando de hacerle el último chequeo, tengo que esperar unos minutos antes de verla. Me siento en la sala de espera y saco mi móvil para pasar el rato hasta que me avisen para entrar.

Pasados unos minutos, la enfermera me llama y me avisa de que ya puedo ir a ver a mi amiga, por lo que voy a su habitación. Le compré unos chocolates y un globito, espero que le gusten.

Mi sorpresa llega cuando, al entrar a la habitación, no encuentro a Kayla durmiendo o viendo la televisión, sino a ella y a un chico moreno, joven, bastante alto y musculoso, muy guapo y con una bata blanca - supongo que será el médico - hablando animadamente. Mi amiga está sentada en la cama, ofreciéndole su mejor y más coqueta sonrisa al chico quien, por su parte, está mirándola embelesado y también con una bonita sonrisa que deja entrever sus blancos y perfectamente alineados dientes.

Pestañeo varias veces antes de abrir la boca, intentando averiguar si me he equivocado de habitación o he entrado en una realidad paralela.

¿Qué me he perdido?

Cierro la puerta tras mi espalda, haciendo un poco de ruido, y los dos se giran rápidamente en mi dirección, mirándome como hubieran estado robando caramelos en una tienda y los acabara de pillar.

- ¡Hola, hola! ¿Qué tal todo? Te traje unos regalitos - digo a modo de saludo mientras levanto el globo y los chocolates con las manos.

- ¡Hola! - dice menos animada de lo que me esperaba -. Pues bastante bien. Y muchas gracias por los regalos, no hacía falta.

5 días [COMPLETA]Where stories live. Discover now