CAPÍTULO 6 - I Knew You Were Trouble

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Me levanto por la mañana a la misma hora de siempre y me preparo. Tengo muchísimo sueño y grandes ojeras, por lo que las intento cubrir con un poco de maquillaje. Nunca me pongo mucho, sobre todo odio la base, pero hoy tengo que hacerlo, no me apetece parecer una zombie.

Hoy sí que llego a tiempo a clase, me acuerdo de cómo la encontré ayer. Entro a esta y todavía se están sentando el resto de alumnos. Miro por la sala y ubico a Nathan en un asiento en la fila del medio, escogió un buen sitio. Le saludo con mi mano y me voy a sentar a su lado.

- ¿Qué tal la noche, niñera?

- Muy ocupada. ¿Qué tal durmió anoche, doctor...? Por cierto, ¿cuál es tu apellido?

- Scott - dice riéndose.

- Entonces, ¿descansó, doctor Scott?

- No mucho. Dos chicas insufribles estuvieron entreteniéndome toda la noche, no me dejaron dormir.

Abro los ojos como platos y le doy un golpe en el brazo muy indignada.

- Buenos días, chicos y chicas - comenta el profesor entrando a clase.

Todos le damos los buenos días y la clase da comienzo. La asignatura de historia del derecho es bastante aburrida, pero lo repetitivo que es nuestro profesor y el sueño que tengo solo hace las cosas peores. Estoy entre echarme a dormir y tirarme por la ventana, es en serio. Esto es insufrible. Al final me decido por no tirarme, esta tarde tengo que visitar a Kayla en el hospital.

Nathan me despierta y me doy cuenta de que la clase ha terminado, al final me quedé dormida.

- Buenos días, bella durmiente, toca otra clase. Levanta, yo te cojo tus cosas.

Le sonrío en agradecimiento, estoy hecha polvo.

- Te veo demasiado activo para lo que has dormido - le digo.

- Los dos no podemos estar dormidos, uno tiene que estar pendiente del otro. Hoy me tocó a mí ayudarte.

Salimos de la clase y caminamos por el gran pasillo. Por dentro, la universidad parece una cualquiera: casi todo está hecho de madera; parece antigua, pero con su toque moderno y sabio; el techo está muy alto y de este cuelgan enormes lámparas de araña con diamantes (quizás esto último no lo tienen todas las universidades); grandes ventanas por las que se cuela la luz iluminando todos los pasillos sin necesidad de encender las lámparas... Es muy elegante y refinado.

Llegamos a la segunda clase de hoy, en la que teníamos que hacer el trabajo en parejas. Nos sentamos juntos y empezamos a hablar. Cuando llega el profesor Santini, el gruñón y amargado, atendemos a sus explicaciones. Al terminar la clase, Nathan me toca dos veces con su mano y hace que le preste atención.

- Oye, una cosa, ¿podríamos quedar esta tarde para empezar a hacer el proyecto?

- Lo siento - le respondo -, esta tarde la tengo ocupada.

- ¿Qué vas a hacer? ¿Tienes planes?

- No es eso, es que hoy empiezo mis entrenamientos.

- ¿Ah, sí? ¿Qué deporte practicas?

- Baloncesto.

- Qué bien - hace una corta pausa -, ¿entrenas en la universidad?

- Sí, en una de las canchas de aquí.

- Uf, qué mal, entonces ya sé quién será tu capitán.

- ¿Quién es? - pregunto intrigada.

- Un tremendo imbécil.

5 días [COMPLETA]Where stories live. Discover now