CAPÍTULO 32 - 1 step forward, 3 steps back

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Connor Lee Doyle.

Otra vida más.

Otra vida más que no pudimos salvar.

Pese a que sabíamos que el asesino iba a atacar esta noche, pese a que sabíamos que estábamos en mucho peligro, pese a que sabíamos lo que iba a pasar, dejamos que sucediera. Y no hicimos nada al respecto.

Podríamos habernos ido a nuestras casas. Podríamos haber intentado escondernos o defendernos. Podríamos haber intentado hacer cualquier cosa para tratar de que no sucediera, pero decidimos quedarnos quietos e ignorar la amenaza aunque ya sabíamos que lo cumpliría, pues teníamos la prueba de lo que le había hecho a Dani.

Pero los humanos nunca aprendemos de nuestros errores. Pueden advertirnos mil veces, pueden decírnoslo de todas las formas posibles, pero siempre acabamos cayendo en la misma piedra. Una y otra y otra vez.

Y nuestra piedra era subestimar al asesino; pensar que se retractaría o que no lograría dar con nosotros. Pero siempre encontraba la manera.

¿Qué estamos haciendo mal? Se supone que, conforme va pasando el tiempo, deberíamos estar más cerca de encontrar al asesino y la lista de sospechosos debería ir reduciéndose, pero cada vez siento que nos alejamos más.

Cuando conseguimos una buena pista o encontramos información que parece muy útil, aparece esta falsa esperanza que nos hace pensar que ya estamos muy cerca de encontrar al asesino, pero no está nada cerca de la realidad.

Es como si diéramos un paso hacia delante y creyéramos que estamos a un solo un minúsculo paso de descubrir toda la verdad, de desvelar todo el misterio, pero justo entonces, escribimos el nombre incorrecto en el correo y retrocedemos veinte pasos de golpe, volviendo prácticamente al inicio y casi más perdidos que antes.

Entonces, ¿qué es lo que se supone que debemos hacer? ¿Cómo deberíamos proceder? Porque las ideas ya se me están agotando y voy a terminar por volverme completamente demente.

Y no voy a mentir, ahora mismo siento miedo. No voy a hacerme la fuerte y la dura porque realmente no tiene sentido mentirme a mí misma de esa forma. Además, tampoco está mal tener miedo, es una estrategia que tiene el cuerpo para mantenernos más alerta ante lo que creemos que es un peligro. El miedo es simplemente una ayuda, una alarma que se activa ante situaciones de riesgo.

Igualmente, creo que todo el mundo en mi situación tendría miedo o al menos estaría bastante preocupado, pues tu vida depende completamente de lo que consigas descubrir y vas prácticamente a ciegas, sin saber lo que va a suceder. Pero es aún peor cuando no solo tu vida está en juego, sino también la de tus amigos. Ahí sí es jodido.

Y miedo fue lo único que vi en los ojos de Connor cuando me acerqué al grupo en aquella pequeña playa. Miedo y absoluto terror.

Realmente no sé cómo murió Connor, pero claramente tuvo que ser muy doloroso. Nunca se me olvidará la forma en la que las luces de navidad estaban enrolladas alrededor de su cuello hasta llegar al punto de estrangularlo. Cuando le quitamos las cuerdas, todavía estaban marcadas en su cuello, como un fiel recordatorio de lo que le sucedió.

Supongo que murió así: estrangulado por las típicas luces con las que decoramos el árbol de navidad por el asesino. Luego, supongo que este lo tiró al muelle - por esta zona ya que sabía que estaba apartada - y después nos mandó la ubicación para que lo descubriéramos antes que nadie.

Más tarde me enteré de que la primera persona del grupo en encontrar el cuerpo fue Camille. Por eso estaba llorando abrazada de Tyler, pues estaba traumatizada al descubrir el regalito. Y lo llamo "regalito" porque, como su nombre bien indica, Connor estaba envuelto en un lazo por la cintura cuando lo encontramos. Sí, como si fuera un puto regalo de navidad. De hecho, el asesino nos escribió una nota y todo. «Feliz Navidad a todos, disculpad que este año no haya dejado el regalo debajo del árbol», recuerdo que ponía la nota.

5 días [COMPLETA]Where stories live. Discover now