Capítulo 76

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Adán


Últimamente, me cuesta pensar en lo difícil que debe estar siendo todo para Mikhail. Él se preocupa tanto por mis problemas y preocupaciones, que hace que me olvide de los suyos.

—Lo siento... —susurro mientras le acaricio los cabellos.

Se ha quedado dormido. Lleva días preocupado por mis pesadillas y mi falta de sueño, pero él también está agotado. Me siento lamentable por añadirle más carga a su mente.

Al cabo de un rato, Mama Rose llama a la puerta. No respondo alto, porque no quiero que se despierte. No sé si me ha oído, pero ha entrado.

—Oh, siento molestar —indica, creo que apenada.

—Iba a despertarlo, pero...

—Tranquilo, que tengo camareros de sobra. —Me guiña un ojo a modo de complicidad—. Le he dicho que hoy descansara.

—Creo que tiene prisa por vivir lo que no ha podido hasta ahora.

—Me da la misma impresión, aunque alguien debería decirle que con calma se disfruta mejor.

—¿Qué hago con él?

—¿Tienes prisa por volver a casa?

—No.

—Pues, si no te duelen mucho las piernas, aguántalo un poquito más encima, por favor. Que duerma un poco más; si lo despiertas ahora...

—Se pondrá a currar.

—Sí, y es mejor que no se canse más. Lo último que nos faltaba es que coja el coche y...

—Ya, ya. Lo dejo dormir.

—Bien hecho. Te traeré algo para picar y beber.

—No es nece...

—No hay opciones, bombón.

—Vale. Gracias.

Mama Rose me trae lo dicho. Así que, después de la improvisada pero deliciosa cena, me quedo tan frito como Mikhail.

—Eh, amor... —Oigo en la lejanía, sintiendo una mano acariciando mi mejilla.

—¿Mm... Misha...?

—Nos hemos quedado dormidos. Se ha hecho tarde, deberías volver a casa.

—¿Me llevas?

—Aún tengo que trabajar un poco más.

—Estás cansado.

—Ya, bueno, pero si todos los cansados no cumpliéramos, más de medio país estaría en casa.

—¿Recuerdas lo que me dijiste?

—Depende, si no especificas...

—Lo de pedir ayuda.

—Sí, lo recuerdo.

—Me dijiste que con todo lo que he pasado, es normal que la mente se agote y pete. ¿Y tú?

—¿Yo?

—Has renunciado a mucho todos estos años, André te utilizó y te hizo daño, hemos tenido momentos muy tensos, tu hermana te la ha liado hace nada otra vez...

—No es excusa para no cumplir en el trabajo.

—Creo que sí. Al igual que yo, tú también deberías solucionar las cargas que te agotan mentalmente. Tómate las cosas con más calma. No tengas tanta prisa por vivir esa vida que tanto ansiabas, porque eso también será demasiado agotador.

La tentación de AdánWhere stories live. Discover now