¡Treinta y nueve!: hermanos "egoístas" y citas "complicadas".

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YoonGi se miraba fijamente en el espejo del baño, tratando de mantener la calma porque sus ojeras se veían horribles y él no había logrado dormir en toda la noche debido a la inminente cita con quien él consideraba el amor de su vida. Desgraciadamente, no podía verse de esa manera frente a JiMin, lucía como un animal arrollado, o peor, como uno muerto en vida.

—Mierda —frunció sus cejas en preocupación, acercándose un poco más al espejo para ver con más detalle sus ojos.

Cuando despertaba, sentía que sus ojeras eran mucho más pronunciadas, el color oscuro se extendía debajo de sus ojos como un pequeño océano y usualmente no le importaba mucho, pero desde que notó que JiMin mantenía sus ojos en su rostro, aquella inseguridad comenzó a crecer lentamente en su pecho.

Así mismo, como ahora había acabado de ducharse, podía verse su pecho descubierto frente al espejo del baño y pasó saliva al ver sus brazos y su torso en absoluto tonificado. No era escuálido, no tanto realmente, pero no tenía nada firme en él que no fueran sus estúpidas erecciones matutinas. Su clavículas se marcaban un poco, pero él sentía que llamaban demasiado la atención. Su cintura era acorde a su cuerpo, pero él sentía que era demasiado pequeña para un alfa o alguien de su tamaño. Incluso sus brazos se sentían pequeños y blandos, a pesar de que, de hecho, estaba en su peso correspondiente.

Un gruñido de estrés acompañó su sufrimiento y deslizó sus manos sobre su cara, harto de sus pensamientos. No se había planteado ese tipo de cosas antes de JiMin, ni siquiera cuando hablaba con otros omegas, pero ahora el efecto del rubio sobre él lo estaba haciendo perder la cabeza en más de un sentido.

No se sentía suficiente y de alguna manera, estuvo de acuerdo con el señor Park.

En ese momento su madre tocó la puerta del baño.

—Ya voy —avisó con desgana.

—Has estado mucho tiempo ahí, ¿pasa algo? —preguntó del otro lado, curiosa de lo que hacía su hijo—. Nunca te das duchas tan largas, ¿vas a salir?

El alfa chasqueó la lengua, fastidiado por las preguntas. Su madre solo tenía curiosidad, pero él no tenía ganas de hablar ni mucho menos, después de todo en ese momento estaba en mitad de su crisis con respecto a su horrorosa apariencia física y lo que menos necesitaba era un interrogatorio.

—Mamá, no tengo ganas de hablar ahora —se quejó, abriendo la puerta y encontrándose con la mujer parada del otro lado, cruzada de brazos.

—¿Por qué te molestas? Estoy haciendo una pregunta —frunció sus cejas, ofendida por la reacción malhumorada de su hijo—. Tampoco me contaste cómo te fue en la comida del otro día, ¿pasa algo? No me estás diciendo nada...

YoonGi frunció un poco sus labios y desvió la mirada hacia un lado, dudando sobre si debería decirle algo con respecto de todo lo que estaba sucediendo en su cabeza, pero no creyó que fuera relevante para ella. No lo había escuchado antes, que preguntara ahora no significaba realmente que ella estaba dispuesta a escuchar cada una de las cosas que él tenía para decir y, a sabiendas de que sus problemas eran los suficientes como para hartarla, decidió simplemente dejarlo pasar.

—Nada, ya terminé —sujetó con firmeza la toalla que rodeaba su cintura y caminó hacia su habitación—. Aunque sí voy a salir, así que... —soltó a modo de aviso y la mujer frunció un poco sus labios por aquello.

—¿A dónde? —cuestionó, pero YoonGi soltó un ruido de flojera.

—A comer algo, no sé...

YoonGi se encerró en su habitación y abrió el armario, buscando algo de ropa decente que le quedara bien y que no lo hiciera ver como un mondadientes.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now