¡Intro!

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—No te has perdido de mucho.

YoonGi asintió tranquilamente una vez escuchó eso y siguió concentrado en comer su almuerzo.

Dos semanas eran las que había faltado el pálido desde inicio de clases y por más perdido que pensó que estaría, sus dos mejores amigos sólo le avisaron que tenían unas cuantas investigaciones por hacer y sólo un examen para la semana siguiente. No se sentía con tanta presión como su madre le había dicho que estaría por ser un completo irresponsable.

De hecho, tampoco es que fuese una persona irresponsable en el completo sentido de la palabra, simplemente extrañaba mucho a su padre y quiso aprovechar más tiempo con el hombre antes de que este se fuera de regreso a Daegu. Las clases no eran la gran cosa si lo ponía en perspectiva.

Y su madre no era mala tampoco, sólo era una beta lastimada que pensó que el alfa padre de YoonGi estaría con ella para toda la vida, y fue así, al menos hasta que él se enamoró de una preciosa omega en Daegu. Y, tristemente, no hay mucho que puedas hacer ante los instintos primitivamente desarrollados de los lobos, a pesar de ya no transformarse, sí eran la cosa más fuerte que tenía la humanidad en la actualidad.

—¿Hay gente nueva? ¿Alguien que quiera entrar al equipo?

NamJoon apoyó su mejilla sobre su puño cerrado, desviando la mirada hacia arriba para concentrarse mejor en encontrar alguna cara en específico dentro de su memoria. HoSeok abrió la boca pero luego de pensar un poco, la volvió a cerrar.

—¿En serio? ¿Nadie? —frunció ligeramente el ceño, decepcionado con las personas.

Nam regresó su atención al alfa y se encogió de hombros con desinterés.

—Ha pasado una semana y media, básicamente seguimos en los primeros días. Dales tiempo —comentó, el pálido frunció los labios.

—En mi primer día aquí lo primero que hice fue preguntar por el equipo de basketball, esta gente de hoy en día...

—Aunque hay unos cuantos que sabemos que tienen potencial —el beta intentó recordar al menos a uno—. Hay un chico, alfa, se llama JungKook y lo hemos visto jugar un par de veces en las horas de descanso.

—¿Es bueno? —enarcó una ceja.

—Lanza desde la mitad de la cancha y casi todas son acertadas —agregó Nam a lo dicho por HoSeok—, lo es.

—¡Genial! —ahora estaba más interesado—. Hace mucho necesitábamos un remplazo para MinHyuk.

—¡No menciones a ese traidor en esta mesa! —HoSeok dejó caer su puño, viéndose gracioso por su ceño poco fruncido y sus mejillas infladas.

NamJoon se rió de su Hyung. «Traidor» era una palabra muy fuerte para alguien que sólo habían cambiado de escuela.

Min quiso agregar algo a la conversación, incluso abrió la boca con las palabras ya listas para ser soltadas; pero un fuerte olor a frutos rojos arremetió contra su nariz y fue tan delicioso que inhaló profundo como reflejo. Dejándose llevar, se giró hacia la dirección del aroma con los ojos ligeramente cerrados y una sonrisita recién formada.

Claramente se veía como un idiota.

Se encontró al instante con unas caderas lindas, una cintura pequeña, una espalda esbelta y un cabello de color rubio siendo la cereza del pastel. El omega caminaba tranquilamente hacia su asiento, como si no le importara las muchas miradas que robó mientras emprendía su travesía.

Min gruñó cuando escuchó un silbido coqueto de uno de los alfas dentro de la cafetería, sabía que era para ese chico rubio que olía delicioso y no le gustaba que vieran lo que era de su propiedad. Quizás estaba adelantándose a los hechos, pero sí, ese chico bonito sería su omega. Ya lo había decidido.

Se giró para sentarse correctamente otra vez, NamJoon lo miraba con una sonrisita burlona y HoSeok con ojos curiosos.

—¿Quién es él? —preguntó de inmediato.

Jung suspiró melancólico y Kim lo miró como diciendo «mala elección amigo».

—No me digan que tiene pareja —casi lloriqueó—. ¡No sentí ningún olor a alfa! —hizo una mueca, pensando cómo podría hacer para espantar al posible pretendiente.

—No, no tiene pareja, es completamente soltero y creo que casi nadie se le acerca —informó Nam, el peliazul frunció un poco el ceño porque era algo ridículo que nadie se le acercara, ¡había robado casi todas las miradas de la cafetería sólo con caminar!

—¿Él? —HoSeok sí parecía preocupado, otra cosa extraña—. No puede ser YoonGi, ¿en serio?

—¿Qué? —no estaba entendiendo nada—. ¿A ti también te gusta? —enarcó una ceja y rápidamente frunció el ceño—. Porque eso me importa una mierda. Es mío.

—YoonGi —interrumpió NamJoon, viendo aburridamente como su Hyung fijaba sus ojos atentos en él—, ¿recuerdas a Park ChanYeol?

—¿El orejón que siempre quiere sacarme de mi puesto de capitán?

Sep.

—Es su hermano —HoSeok señaló al omega con un movimiento de su cabeza, YoonGi alternó su mirada desde su amigo hasta el niño bonito sentado sólo a unos metros de él y su expresión no cambió en nada.

—¿Y?

El beta bufó, pensando que era algo demasiado obvio.

—¿Es que acaso no sabes lo...?

—Espera —Joon levantó su mano para callar a HoSeok—, deja que él mismo lo vea.

Frunció nuevamente el ceño y se giró hacia la dirección que Kim le señaló. Se topó nuevamente con el omega que estaba sentado y comiendo un emparedado, pero ahora un tipo que no conocía se estaba acercando a su dirección.

Vio con atención cómo el muchacho se había acercado mucho, incluso se sentó a su lado y el rubio no parecía muy cómodo con su presencia. Min hizo una mueca de fastidio por toda la situación; pero cuando estuvo a punto de levantarse para caminar hasta allí y ayudar al pequeño, seguro pensando en vivir una hermosa y romántica historia cliché donde él era su salvador, algo pasó:

Park ChanYeol llegó como fiera, casi echando humo por la nariz.

Todo fue tan rápido que lo único que logró ver bien fue cuando el chico quedó a varios metros de ellos y en el suelo, quejándose mientras sostenía su estómago y a Park con una pierna ligeramente levantada.

Mierda, hasta a él le había dolido.

La mayoría se encogió en sus puestos cuando el alfa gruñó lleno de furia luego de aquel acto. Sin más, se sentó al lado de su hermano menor y ambos hicieron como si nada pasara.

—Eres alfa, te acercas a JiMin y ChanYeol posiblemente tire tu cadáver al rio Han —habló NamJoon y el peliazul sintió sus hombros caerse ligeramente.

—Pero, hay muchos omegas por ahí, seguro JiMin no es la gran cosa —intentó animar el beta, NamJoon lo miró con una ceja alzada por su inútil intento.

—Oh Dios, se llama JiMin —miró a sus amigos, sus cejas fruncidas como su hubiera visto algo realmente adorable y le doliera—, es tan... lindo.

Y ambos amigos suspiraron.

Bien, se podían dar por muertos.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now