¡Dieciocho!: alfas enojados y madres comprensivas

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La enfermera veía un poco confundida al omega que yacía sobre la camilla, el hermano de este había insistido en que lo viera rápidamente y ella no estaba realmente segura de haber escuchado que un celo podría adelantarse. Si bien había oído que era posible, no creía que realmente podría ser testigo de un suceso así.

—¿Seguro que se adelantó? —JiMin asintió, los dolores estaban comenzando y se retorcía sobre la camilla—. Eso es muy poco común...

—¿Puede darle una pastilla ya? —insistió ChanYeol, viendo preocupado a su hermanito. Cientos de escenas que pudieron ocurrir en su ausencia lo estaban atormentando y agradeció por centésima vez haber regresado a tiempo.

La mujer suspiró y buscó un supresor, sirvió un vaso con agua y se los entregó a JiMin mientras ChanYeol lo ayudaba a sentarse, el omega soltaba un par de quejidos y en su mente repetía una y otra vez la imagen de YoonGi, tenía unas increíbles ganas de abrazarlo y aunque fuese loco para él en ese momento, sentía que él sería capaz de calmar a su lobo angustiado.

Cuando se tomó el supresor se volvió a recostar en la camilla y miró hacia el techo mientras esperaba a que los dolores bajaran lentamente.

—Voy a firmar una nota para que puedas retirarte e ir a casa, ¿está bien? —JiMin asintió—. Cuando los dolores bajen los suficiente, que tu hermano te lleve. Y si puedes, deberías ir a un doctor para que revise lo de tu adelanto, ¿sí? —el menor volvió a asentir, no creía que un adelanto fuese la gran cosa, no hasta que escuchó eso—. No creo que sea nada malo, pero hay que estar pendientes.

La omega le sonrió antes de irse para atender a alguien más y ChanYeol suspiró con desgano, miró nuevamente a JiMin y le alivió el hecho de que su mueca de dolor estuviera disminuyendo al igual que su aroma. Dejar salir tantas feromonas en un lugar plagado de alfas no era buena idea, en definitiva era un escenario por el que su hermanito no tenía que pasar y él tampoco quería pelarse con más de lo que podía soportar.

—¿Estás bien? —preguntó, pero JiMin no dijo absolutamente nada—. Joder, ¿me vas a ignorar ahora? Acabo de salvarte.

El menor viró los ojos y le dio la espalda a su hermano.

¿Salvarlo? Más bien había hecho un escándalo. Si alguien acaso no notó que había entrado en celo de la nada lo habrían hecho en el instante que ChanYeol corrió como si se estuviera muriendo, gruñéndole a quien fuera que se le acercara para preguntar si estaba bien y JiMin se moría de vergüenza de tan sólo recordarlo. ¿Por qué tenía un hermano tan enfermizamente dramático?

—JiMin, no te comportes como un niño —se quejó.

—Yo estaba perfectamente bien sin ti —y era verdad, al menos para él, mientras su hermano no estaba y mientras miraba los ojos de YoonGi, se sentía perfectamente bien.

YoonGi. YoonGi. Quería ver a YoonGi. ¿Por qué no estaba con él ahora? Su lobo pedía por él, realmente necesitaba verlo, él seguro podría ayudarlo a que el dolor pasara.

—Pues si no hubiera llegado a tiempo un alfa idiota pudo hacerte daño por estar en celo —JiMin no negaba que por ese lado Yeol tenía razón pero realmente no tenía ganas darle la satisfacción de admitirlo—. ¡Te dejé solos unos segundos! ¿Qué demonios pasó? —insistió saber, tenía un raro presentimiento y JiMin sólo se cruzó de brazos aún acostado—. JiMin, ¿qué pasó?

—Nada, nada pasó y no te importa —negó de inmediato y se sentó en la camilla, el dolor desapareció pero no esas extrañas ganas de salir corriendo en búsqueda de YoonGi, era frustrante—. Vayámonos a casa.

—JiMin —siguió insistiendo.

—Me quiero ir —lo encaró, ahora estaba de malhumor, también quería llorar por alguna razón y bufó en frustración por el revoltijo de emociones que estaba experimentando.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora