¡Cuarenta!: más padres insensibles y preparativos para eventos importantes.

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Esa mañana de sábado había sido diferente para el trío de mejores amigos; si bien a YoonGi le esperaba una tarde con el omega que lo enamoraba más cada día, NamJoon había decidido dormir hasta tarde en espera de recuperar el sueño que sentía que había perdido y HoSeok miraba su peluche de lobo con una sonrisa en la cara, abrazando con cariño al muñeco a la par que sentía su corazón latir emocionado por los recuerdos que le traía. Se sentía de buen humor aquel día, había una sonrisa en su cara y, a pesar de que sabía que JungKook estaba ocupado con sus entrenamientos, sí había recibido un mensaje de buenos días de su parte, así que estaba satisfecho.

Nunca se había imaginado estar en una situación como esa, es decir, comenzar algo con alguien a quien llevas conociendo poco tiempo es aterrador, más aún mientras estás superando sentimientos por otra persona, pero al mismo tiempo HoSeok quería conocer más de aquellas emociones, quería saber qué tan lejos podía llegar esa sensación que revoloteaba en su pecho y que tan lejos podían llegar ambos juntos. A pesar de lo mucho que le aterraba su condición de beta siendo JungKook un alfa, había algo dentro de él que le permitía ser un poco soñador y esperar lo mejor, quizás un positivismo extremo que era consecuencia de su lento enamoramiento por el alfa, pero lo estaba disfrutando.

Soñar era gratis, después de todo.

—HoSeok —escuchó a su madre llamarlo antes de abrir la puerta y el beta lanzó el peluche a un lado, acomodándose sobre su cama porque sentía que se había visto muy sospechoso—. ¿Qué haces?

—Nada —dijo de inmediato, sintiendo su cara calentarse un poco. Su madre enarcó una ceja, pero para que ella no insistiera al respecto, él continuó—. ¿Vas a salir? —le preguntó cuando notó la ropa formal.

—Sí, iremos a la empresa —respondió, terminando de abrir la puerta para dar un paso dentro de la habitación de su hijo, ojeando los alrededores con ojos que no se veían en absoluto curiosos, más bien casi parecían juzgar el lugar, casi como si no estuviera acostumbrada a estar ahí dentro—. Vístete —lo miró de nuevo.

HoSeok frunció un poco sus cejas, luciendo confundido.

—¿Iré con ustedes? —preguntó con decepción, notando cómo la mujer se cruzaba de brazos sobre su pecho como si la pregunta sonara ofensiva—. Lo siento... es que... no me avisaron... —se arrepintió al notarla fastidiada, pero estaba seguro de que no había dicho nada malo.

—Te estoy avisando ahora. Vístete —insistió y el beta bajó la cabeza, asintiendo lento. La mujer volvió a mirar alrededor y frunció un poco sus labios cuando sus ojos llegaron a la cómoda de su hijo en donde reposaban fotos con sus amigos, así como la copia que sacaron de la máquina en el centro comercial—. Tus exámenes terminaron, así que vas a tener más tiempo libre para acompañarnos, es algo que debes saber, no tenemos por qué avisarte todo el tiempo —agregó.

HoSeok comenzó a sentirse cada vez más nervioso y trató de formular las palabras correctas en su cabeza para que ella no perdiera la paciencia, no quería que le gritaran.

—Todavía tengo que ir a clases porque... tenemos que preparar las cosas para el evento de... verano... —decía mientras jugaba con sus dedos, nervioso por la respuesta que recibiría.

—¿Cómo? ¿No hicieron uno ya? —frunció sus cejas.

—No, esa fue la fiesta de navidad...

Ella bufó.

—No creo que te extrañen un par de días —hizo un ademán de desinterés con su mano y el beta levantó la mirada, luciendo preocupado, provocando que la omega virara los ojos—. Bien, el próximo sábado, ¿contento? —se dio media vuelta para salir de su habitación.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now