¡Trece!: brownies de chocolate y números telefónicos.

16.2K 2.6K 638
                                    

YoonGi trotó por los pasillos del instituto para llegar hasta donde estaba JiMin, esperando no perderlo. Al mismo tiempo trató de llamar a NamJoon casi seis veces seguidas pero la llamada caía en buzón voz o directamente era colgada por el omega. Finalmente se rindió y decidió guardar el aparato, ya lo llamaría luego o iría a su casa para corroborar si estaba bien.

—¡JiMin! —llamó al rubio cuando estuvo en la entrada, tenía puestos unos audífonos y caminaba sin prisas. YoonGi trotó un poco más para llegar a su lado, cuando lo hizo, colocó una mano sobre su hombro y le pareció tierna la manera en la que el omega brincó por la sorpresa—. Hey —sonrió.

JiMin se quitó ambos audífonos y miró al contrario con una sonrisa tímida.

—Hey —saludó, su aura de persona enojada desapareció prácticamente por completo y el alfa se sintió tan jodidamente orgulloso de haber sido el causante, ya podía verse a sí mismo calmando a su lindo esposo enojado en el futuro.

—¿Qué sucedió allá? —le dio una rápida mirada al instituto para mostrar su punto, JiMin frunció un poco sus abultados labios.

—Mi hermano dijo algo que me hizo enojar y ya no quería estar ahí —explicó sin nada de arrepentimiento, parecía más frustrado por la situación anterior que por haber respondido de esa manera hacia su hermano.

—Y lo pateaste —señaló, su alfa también se sintió orgulloso por eso, incluso podía sentir que le ordenaba darle mimos a JiMin por hacerlo.

—Sí, lo hice —parecía como si intentara sentirse culpable pero una risita se escapó de sus labios—, se lo merecía, de todas formas —viró los ojos.

—Bien, recuérdame no hacerte enojar —la encantadora sonrisa del rubio regresó y él estuvo demasiado cerca de suspirar como todo un idiota.

—No creo que me haga enojar, Hyung —comentó con convicción, YoonGi podía sentir su corazón retumbando feliz por la elección de palabras del omega—. Hum, ¿no se supone que estaba en el entrenamiento?

—Sí, pero no jugaré mañana, hoy sólo estaría perdiendo el tiempo —se encogió de hombros—, ¿irás a tu casa ahora? Puedo acompañarte.

Las rosadas mejillas del omega se encendieron a un rojo vivo al tiempo que apretaba los labios, sus manos fueron directamente a las correas de su mochila para sujetarlas con firmeza y desvió la mirada con timidez, YoonGi por un segundo pensó que lo rechazaría, usando alguna frase como «¿Estás loco? ¡Absolutamente no!» pero recibió un pequeño asentimiento mientras la hermosa y tímida sonrisa de Park JiMin aparecía en su bonito rostro.

—Por supuesto, me encantaría —dio un par de pasos que YoonGi no dudó en seguir—. Podemos tomar un autobús o caminar, si así lo prefiere.

En ese momento, un autobús se estaba estacionado en la otra calle y luego de un intercambio de miradas ambos decidieron acercarse. YoonGi podía escuchar su corazón eufórico golpear contra su pecho luego de subirse, porque: estaba con Park JiMin y estaba acompañándolo a casa. Eso era algo que hacían los novios, ¿cierto? Y sí, bien, él había acompañado a sus amigos a casa veces anteriores, pero ahora era JiMin, ¡JiMin! ¡Aquello era algo completamente diferente!

Quien se sentó en la ventanilla fue YoonGi y JiMin se acomodó en el asiento sin borrar aquella sonrisa tímida de su rostro. El alfa casi muere de ternura cuando el menor intentó cubrir un poco de su cara con la mochila que sostenía sobre sus piernas. Su propia mochila, en cambio, yacía sobre el suelo del vehículo y no se comparaba en nada con la mochila nueva y linda (como él) de JiMin.

Entonces ambos se miraron un segundo.

—¡Oh! —apartó la mirada—. Acabo de recordar que tengo un postre aquí —rebuscó entre sus pertenencias y YoonGi ya podía sentir su boca hacerse agua.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseOnde as histórias ganham vida. Descobre agora