¡Dos!: vergüenzas constantes y clubes escolares.

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Min YoonGi miraba la pizarra de su salón con una mueca de no entender absolutamente nada de lo que estaban explicando, pensando en lo poco necesarias que serían las matemáticas en su futura vida de adulto. Quizás no tenía idea alguna de lo que estudiaría cuando le tocara ir a la universidad, pero estaba seguro que nada estaría relacionado a un montón de números que, en serio, no entendía. 

Miró a su costado, encontrándose con HoSeok quien también observaba fijamente hacia el frente como lo hacía todo el mundo, él tampoco entendía nada pero al menos disimulaba con su cara de entendimiento fingido. Por otro lado, su amigo NamJoon sí estaba bastante familiarizado con lo que el hombre parloteaba , incluso levantaba la mano para responder. A veces dudaba de por qué alguien con cerebro como lo era Joon se juntaba con ellos.

Se recostó sobre su mesa mientras miraba los números, esperaba al menos poder entender mitad del ejercicio y pasar con un siete el examen siguiente.

—Me acabo de dar cuenta de algo —escuchó a HoSeok y desvió su mirada hacía él, el beta miraba con aparente interés al hombre—, tiene la marca de una plancha en la espalda —susurró como si fuese un gran secreto—, mira, mira.

YoonGi en vez de pensar lo ridículo que estaba siendo su amigo al notar eso en vez de prestar atención, simplemente levantó su mirada prestando más atención en la ropa del hombre y su carcajada se escuchó por todo el salón de clase. 

Ni siquiera se pudo detener cuando el profesor lo miró con furia mal retenida, no era secreto para nadie que a ese loco le molestaba demasiado cualquier interrupción.

—Min YoonGi, mi clase no es un club de comedia, ¿qué es lo que se le hace tan gracioso? —exigió saber.

Retuvo otra risa y casi pudo jurar escuchar a las personas del fondo reírse.

—Lo mismo que le da gracia a todos, sólo que yo no sé disimular —confesó con todo el descaro que podía tener su flacucho cuerpo.

El hombre lo miró ceñudo y señaló la puerta en una clara invitación a que se fuera. Se escucharon algunos murmullos y hasta NamJoon lo miró de mala manera, preguntándole con la mirada qué demonios hacía, HoSeok apretaba los labios para no reírse.

—Lo siento —se levantó aun así y se rió bajito cuando pasó a su lado, casi sintió los ojos del hombre quemarle la nuca.

Cuando estuvo en el pasillo y la puerta fue cerrada en su cara se decidió sentar en el suelo, pensando si el profesor estaría lo suficientemente molesto como para llamar a su madre, estaría jodido si eso pasara, la mujer no era muy amable y no toleraba ser llamada por el mal comportamiento de su hijo. Bostezó y miró con aburrimiento como pocas personas caminaban de un lado a otro, quizás podría estar escuchando música si no fuera porque dejó sus audífonos en su mochila.

Se recostó sobre la pared y dejó que su cuerpo se deslizara con flojera hasta que terminó con la vista en el techo. Se mantuvo unos minutos pensando en el origen de la vida y en las razones que provocaron que el profesor tuviera la marca de la plancha en la espalda, hasta que todos su sentidos alfas se pusieron en alerta cuando un olor conocido lo azotó como una cachetada.

Se sentó velozmente y una de las sonrisas tontas que se había acostumbrado a hacer se formó en su rostro. Alguien debería decirle lo tonto que ve.

JiMin estaba a tan sólo metros de él, caminado con unos cuantos cuadernos en sus brazos y con una mochila que lucía pesada. Al instante se levantó lo más rápido que pudo y mientras caminaba hacia el omega como insecto siendo atraído a una muerte segura, pensó en alguna frase cliché que podía usar; quizás decirle que lo ayudaría a llevar sus libros o su mochila serían suficiente para montar una conversación ligera y así dejaría de ser un completo extraño.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now