¡Doce!: situaciones incómodas y omegas sacados de quicio

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NamJoon suspiró con fastidio cuando entró junto con YoonGi y HoSeok a la cancha luego de sus muy cansadas horas de clases, el entrenador se encontraba junto con un par de miembros del equipo, quienes seguramente tuvieron un horario menos pesado que ellos. ChanYeol era uno de ellos, botando el balón antes de darle una rápida y profunda mirada que decía algo como advertencia-odio-y-posibles-celos a YoonGi.

—¿Creen que esa es su manera de intimidar? —la voz de HoSeok se escuchó baja—, porque lo está logrando... —sus pies lo colocaron detrás de NamJoon como protección.

—Quizás —YoonGi desvió la mirada, no iba a admitir que lo había asustado un poco, él también tenía un poco de orgullo que cuidar. No era casi nada, pero estaba ahí, en alguna parte—. Vamos a formarnos —señaló el centro de la cancha con un movimiento de su mentón.

Cuando todos estuvieron presentes, se colocaron en fila frente al entrenador; un alfa alto y musculoso que le daba honor a su etiqueta de antiguo jugador de basketball profesional, una lesión en su rodilla arruinó su carrera y eventualmente se dio cuenta que le gustaba el mundo de la enseñanza.

El hombre hizo sonar su silbato y todos prestaron atención.

—La próxima semana tendremos un juego amistoso con la institución vecina y hoy escogeré a quienes formarán parte del equipo titular de ese día —anunció, caminando de un lado a otro como si de un militar se tratase—. Hoy les daré oportunidad a los nuevos, así que si no dan lo mejor en este partido de práctica hoy pueden perder su puesto, pero quizás sean relevados permanentemente de su posición, ¿entendido? —todos respondieron con una fuerte afirmación—. Vayan a vestirse.

Los baños se encontraban divididos entre «alfas», «omegas» y «betas», estos últimos con sus baños propios para hombres y mujeres por obvias razones. Dentro del equipo de basketball había un total de tres omegas, contando a NamJoon, los otros dos chicos salieron rápido de los vestidores entre una conversación amena sobre el juego de la próxima semana y en la oportunidad de jugar en el equipo como titulares; NamJoon era el único omega que jugaba en aquella posición, al menos sentía que jugar era algo que podía hacer bien.

Cuando la soledad reinó él se sintió lo suficientemente seguro para empezar a quitarse el uniforme, primero fue el suéter sin mangas y continuó con su camisa blanca a botones.

Entonces escuchó pasos.

Su nariz se arrugó y se quejó con su suerte, pensando que alguno de los omegas había regresado a buscar algo, pero él no podía darse el lujo de tardar más de lo necesario. No debería molestarse al respecto, después de todo, sólo omegas podían entrar a ese vestidor.

De repente su nariz captó un olor perfectamente reconocible.

«Nueces»

—¿Hola?

Se congeló.

—¿NamJoon?

Sus manos comenzaron a temblar.

Ni siquiera levantó su mirada cuando aquel alfa apareció entre los casilleros, asomándose, él podía sentir su presencia perfectamente.

—Oh, hola —Jin sonaba un poco sorprendido pero alegre, también tímido—. Lo siento, pensé que ya habías terminado, yo...

NamJoon apretó con fuerza los bordes de su camisa blanca y volvió a abotonarla lo más rápido que sus dedos temblorosos le permitían, su cara se encontraba casi completamente roja y estaba perfectamente consciente de los latidos fuertes de su corazón contra su pecho. Esto no podía estarle pasando. SeokJin no debería haber entrado a un vestidor de omegas, está prohibido, ¿por qué nadie se dio cuenta de eso?

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora