De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverse

¡Cuarenta y dos!: desahogos emocionales y hermanos enojados.

NamJoon no tiene que ser adivino para darse cuenta de que las cosas son raras cuando llega el momento de irse a casa. YoonGi tiene la cabeza gacha y JiMin se va sin despedirse, pasos apresurados y brazos cruzados sin mirar a nadie mientras atraviesa la puerta de entrada para encontrarse con su hermano, y ChanYeol parece igual de consternado, pero no hace preguntas, sólo les dedica una larga mirada analítica antes de seguir a su hermano menor. YoonGi parece querer huir también, pero sus casas quedan al mismo lado y no podría escaparse de NamJoon tan fácilmente.

Sin embargo, el omega no le pregunta nada, no lo presiona ni se burla al respecto. Algo pasó entre ellos, está seguro, y cuando acude por respuestas TaeHyung menciona que lo único relevante fue la caída de JiMin y que justo después YoonGi regresó al salón de eventos con ojos rojos y labios apretados, así que supuso que quizás habían discutido, lo cual era raro, ellos eran JiMin y YoonGi, los más cursis del mundo, incluso más que HoSeok y JungKook, no había manera de que hubieran discutido.

La cuestión es que mientras los dos mejores amigos caminan a la parada de autobús, YoonGi estando completamente callado lo pone un poco nervioso y es que el alfa, además de hablar sobre JiMin la mayoría del tiempo, también vivía en un constante parloteo y NamJoon era quien lo escuchaba entre asentamientos y comentarios cortos, pero el silencio que se producía entre ellos era tan desalentador que NamJoon dudó sobre si de verdad sólo había sido una discusión sinsentido o realmente había pasado algo malo, pero malo en serio.

—¿Pasa algo? —decidió preguntar, dudoso en parte. YoonGi sorbió su nariz y fue entonces que el omega se dio cuenta de que sus ojos se encontraban cristalinos.

—Sí.

NamJoon no esperó esa respuesta. Es decir, sí, pero no creía que el otro fuera tan abierto con eso, al menos en ese momento que parecía querer meterse debajo de una piedra.

—¿Tiene que ver con JiMin? —volvió a preguntar, sintiendo el viento de la calle golpear su cara en espera del dichoso autobús que los iba a dejar en casa.

—Sí.

El omega suspiró y levantó una de sus manos para colocarla sobre la espalda de YoonGi, quien se encogió al contacto y sorbió su nariz más sonoramente esta vez, restregando sus ojos con sus manos en un pobre intento de alejar las lágrimas que nublaban su mirada. Se contenía porque no solo era pésimo llorar en la calle, sino porque al ser la hora de salida todavía habían muchos de sus compañeros caminando por la zona y sería demasiado vergonzoso para él, más de lo que ya sentía que era todo el asunto, más de lo que sentía de sí mismo en ese momento.

NamJoon se compadeció de su amigo, pensando en lo que pudo haber pasado entre los dos para que volviera a encontrarse en una situación como la de hacía meses, cuando realmente no fue JiMin quien le dijo esas cosas hirientes, sino el propio ChanYeol. Ahora, parecía ser que el alfa lleno de testosterona no tenía nada que ver y eso preocupó un poco a NamJoon porque, si YoonGi estaba así, algo realmente malo tuvo que haber pasado.

—¿Necesitas un abrazo? —cuestionó sincero. YoonGi levantó la cara cuando escuchó la pregunta, bastante confundido en ese momento, tanto que las ganas de llorar se detuvieron de golpe.

—¿Cómo?

NamJoon lo miró con la misma confusión, pensando que había dicho algo incorrecto por un segundo.

—Que si quieres un abrazo —repitió, un poco más dudoso ahora al ver la expresión de extrañeza de parte de su amigo, estaba seguro de que la pregunta había sonado sincera y no sarcástica, ¿en qué se pudo haber equivocado?—. ¿No? Solo tienes que decir que no...

—No es eso, sólo... sólo que —casi jadeó, ladeando un poco su cabeza—. No se supone que tu ofrezcas abrazos, sólo haces algún chiste o me amenazas para que deje de llorar, quizás sólo me consuelas de lejos. Los abrazando no son tu "cosa" —hizo comillas con los dedos.