¡Diez!: pequeños escondites y malhumores repentinos.

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El domingo no había sucedido nada interesante, YoonGi de hecho se tomó todo el día para dormir y para hacer las tareas que se debían entregar al día siguiente, a las nueve de la noche. Tenía que agradecerle a NamJoon por su hermoso gesto de bondad al mandarle las respuestas de varias de las preguntas que se debían investigar y le mandó muchos emoticones de corazoncitos por KakaoTalk para que el omega supiera todo el amor que le tenía.

La mañana siguiente empezó calmada, tranquila, mejor que los días normales. Él no se cayó en la ducha ni se atragantó con su desayuno, su madre tampoco se quejó sobre alguna cosa al azar y él no sabía a quién agradecer porque aquello parecía ser un milagro.

Su madre también le dejó llevarse el celular y pudo ir caminando al instituto con el ritmo de sus canciones favoritas resonando en sus oídos. Saludó a sus amigos con abrazos cariñosos que sólo fueron bien recibidos por HoSeok y rechazados por un avergonzado NamJoon, luego los tres entraron a las instalaciones, directo a pasar unas cuantas horas atrapados viendo un pizarrón y escuchando a alguien hablar de lo que sea. Aun así, prometía ser un día ameno, incluso había olvidado que esa semana también debía cumplir con el castigo.

¡Oh, el castigo! Lo recordó cuando se encontró con el conserje en uno de sus viajes al baño, le agradeció lo del otro día y este le comentó que logró convencer al director de levantar por completo el castigo, con la excusa de "no puede dejar que un mocoso haga mi trabajo", YoonGi casi se lanzó a abrazarlo como un koala pero el hombre se fue y se negó a la muestra de afecto.

YoonGi estaba feliz.

—Necesito llenar mi estómago con fideos o moriré —comentó NamJoon mientras lanzaba una queja al aire—. Tengo hambre~ —escondió sus manos en los bolsillos de su sudadera negra para frotar su estómago, HoSeok se colocó a su lado.

—Eso te pasa por olvidar desayunar —le recordó, como si el estómago rugiendo de Nam no fuese suficiente para eso—. Es la comida más importante del día, Joon.

El omega sólo bufó.

—Estúpida alarma —si esta hubiese sonado cuando debía, no se hubiera levantado tarde con cero posibilidades de comer algo antes de partir.

—Lo estaba guardando para más tarde, pero ten esto —le tendió una barra de dulce que sacó de su bolsillo, NamJoon la aceptó sin dudar y se la metió en la boca a penas quitó la envoltura.

—Te lo compensaré —le dijo con mitad de la barra dentro de su mejilla, HoSeok rió y negó con la cabeza.

YoonGi salió del salón, siguiendo a sus amigos mientras escuchaba su hermosa música desde uno de los auriculares, tarareando la canción de rap que sonaba con emoción mientras movía levemente sus manos, siguiendo el ritmo. A veces el alfa se creía un rapero exitoso, era divertido rapear sus canciones favoritas frente a un espejo mientras escuchaba a la multitud imaginaria gritar eufórica su nombre, pero él estaba seguro que no servía para eso si lo pensaba como algo serio para su vida.

La canción terminó y el playlist colocó una canción que empezaba con un violín siendo tocado con esmero, una melodía que haría a cualquiera cerrar los ojos para sentir y escuchar con atención la música, sin embargo, YoonGi estaba más concentrado en la manera de cómo Park JiMin caminaba sonriente con aquel violín de fondo, todo parecía estar yendo en cámara lenta, dándole un toque elegante, incluso imaginó brillitos alrededor de él, haciéndolo lucir mucho más lindo de lo que era. Una sonrisa boba se formó en su rostro; todo un alfa flechado por un lindo omega sonriente.

¿Lo mejor de la situación? ChanYeol no estaba con él.

HoSeok y NamJoon estaban lo suficientemente concentrados en su conversación acerca de cuáles eran los mejores fideos de ramen, como para darse cuenta que YoonGi se alejó de ellos a paso veloz, siguiendo al lindo omega rubio como un insecto a la luz.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now