¡Ocho!: omegas escurridizos y pequeños momentos de sonrisas y sonrojos.

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Apenas sonó la alarma el pequeño omega arrugó su nariz y se colocó su almohada sobre su rostro. 

Tenía mucho sueño, su cama estaba calientita, ¡y no quería ir al aburrido instituto! Gruñó adorablemente mientras escuchaba el constante tintineo de su despertador y le dio un almohadazo para que se callara, logrando su cometido. Bien, quizás estaba un poco agresivo esa mañana, pero había llegado a la mejor parte del manga que estaba leyendo justo ayer en la noche y simplemente no podía irse a dormir sin saber lo que pasaría en los siguientes... ¿veinte capítulos? Ya ni recordaba.

No estaba seguro si se había dormido muy tarde en la noche o muy temprano en la mañana, sólo sabía que tenía sueño y el hecho de que ChanYeol tocara la puerta de su cuarto con insistencia no ayudaba en absolutamente nada a su intento de regresar a dormir. El alfa abrió justo cuando JiMin volvía a acurrucarse entre las gruesas sábanas azules y él escuchó el suspiro cansado.

—Es hora de levantarse, pequeño enano...

—¡No! —se quejó—. Dos horas más, Yeolie, por favor~.

—¿Dos horas más? ¿Cuándo se supone que entrarás a estudiar? —le dijo con voz de reproche mientras caminaba más cerca suyo, JiMin escondió su rostro debajo de la sábana.

—No iré —cerró sus ojos con fuerza.

—Lo siento, tenemos que ir —tomó un borde y lo jaló con fuerza, JiMin entonces quedó desprotegido y se abrazó así mismo casi como si estuviera desnudo—. Levántate o vendrá papá —le dijo en modo de advertencia y el omega no encontró mejor respuesta que sacarle la lengua—. ¿Así quieres jugar? Bien, ¡Pap...!

—¡Ya voy! —se levantó para cubrir su boca; si su padre entraba lo vestiría y bañaría por él mismo y eso ya sería demasiado—. Ya voy, ya voy —murmuró con resentimiento, levantándose de la cama. ChanYeol lo vio meterse a su baño y le sonrió.

—Apresúrate o se te hará tarde —fue lo último que le dijo antes se salir del cuarto ajeno.

JiMin infló un poco sus mejillas, estaba un poco molesto ahora y aún seguía con sueño. 

A pesar de ser viernes y que ese día podía irse temprano a casa, no estaba con ganas en lo absoluto de ir y, quizás estaba diciendo cosas fuera de lugar, pero no era nada divertido ir tampoco; nadie se le acercaba o le hablaba, estaba prácticamente solo hasta la hora de sus clases en el club de baile (donde todos parecían ser amigables). 

En el tiempo que llevaba estudiando ahí no había hecho ni un solo amigo...

Se detuvo, sus pantalones de pijama a medio quitar, y sonrió un poco cuando el rostro de YoonGi apareció entre sus pensamientos. Él era la única persona que había aceptado hablarle a pesar de también tenerle miedo a su hermano, era amable y también era un alfa tan... diferente y divertido. YoonGi no era nada parecido al tipo de alfa al que estaba acostumbrado, mucho menos de los que su padre decía que debía cuidarse, y eso lo hacía interesante. 

Con una risita terminó de sacarse la ropa y se metió a la ducha, ahora tenía un poco más de ganas por ir al instituto.

Cuando estuvo con uniforme puesto, peinado y bien ordenado salió de su habitación y caminó sigilosamente por el pasillo. Se asomó hacia la sala, su padre estaba sentado en la mesa de espaldas a él y no había rastros de ChanYeol por ningún lado. Se relamió sus regordetes labios con nerviosismo y empezó a caminar rápidamente, intentando ser lo más silencioso posible.

Quería irse solo, quería poder entrar a clases sin el alfa vigilando sus movimientos e intimidando a todos en el camino, quería poder saludar a YoonGi cuando lo viera entre la multitud.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now