¡Veintinueve!: cenas familiares y lobos heridos.

8.7K 1.6K 1.3K
                                    

YoonGi trataba de contener las náuseas debido a los nervios mientras secaba su cabello con esmero; no tenía secadora y no tenía suficiente tiempo como para dejarlo secar antes de irse, además, ayudaba tener su cabeza ocupada en eso ya que estaba jodidamente nervioso. ¿Cómo no estarlo? Se suponía que iría a comer con la familia de JiMin y a pesar de que había planeado cada movimiento a la perfección, cuando debía poner el plan en marcha las cosas no salían exactamente como él quería.

Una vez secó su cabello hasta donde creyó posible, se miró en el espejo y lo peinó hacia atrás, mirando cada lado de su cara detenidamente, esperando no ver alguna espinilla que arruinara su imagen o alguna mancha y/o golpe que lo hiciera ver más horrible de lo que ya se consideraba.

Suspiró finalmente, sin sentirse realmente a gusto con su cara, y se paró derecho antes de colocar la pequeña toalla alrededor de su cuello. Estaba un poco orgulloso de lo que había logrado; su cabello ahora era de un profundo color negro natural que se lo hacía lucir un poco más serio de lo que era realmente. No había usado ese color hacía un tiempo, pero ahora era necesario y es que no quería que los padres de JiMin lo vieran tan desaliñado con un cabello rubio azulado, ahora sí lucía decente.

Salió del baño con una toalla alrededor de su cintura y fue directamente a su cuarto en donde descansaba la ropa que había pasado toda la noche escogiendo. Una vez listo y con el corazón latiendo desbocado, tomó su tarjeta del autobús y bajó las escaleras, plantándose frente a su madre.

Ella lo miró de pies a cabeza y enarcó una ceja.

—¿Irás así?

Esa pregunta fue suficiente para tirar al suelo toda la seguridad que su hijo había estado tratando de mantener en pie y provocó que se encogiera un poco en su puesto.

—¿Sí? —la miró con duda, ella seguía mirándolo con ojos juzgadores—. ¿Qué tiene de malo?

Ella no dijo nada, lo siguió analizando antes de finalmente suspirar. Caminó hacia el cuarto de su hijo, dejando su taza de café sobre la mesa y YoonGi no hizo más que seguirla con resignación, contando los minutos que le faltaban para no llegar tarde.

El conjunto final fue uno que hizo dudar un poco al alfa, la mujer simplemente miró con orgullo su trabajo y él no estaba seguro de si aquello lo haría lucir como el "chico bueno que trataba de impresionar al padre de su novio". La camisa era de una tela delgada, completamente blanca y de botones, su madre había levantado un poco sus mangas y la camisa se encontraba dentro de sus pantalones, los cuales eran negros y llevaban una correa con una hebilla plateada. La camisa estaba un poco suelta y mientras YoonGi se miraba en el espejo, se preguntaba cuánto tiempo le quedaba para cambiarse de ropa.

—¿No te gusta? Te ves muy guapo —dijo ella con seguridad—. Esta camisa es de tu padre, pero te queda mejor a ti —le dio un par de palmaditas en el pecho.

YoonGi se miró nuevamente en el espejo.

—¿No se ve muy elegante? —comentó dudoso.

El problema no partía del hecho de que fuese muy elegante (que parecía), sino que lucía un poco más mayor de lo que hubiera querido. Así mismo, sus hombros resaltan un poco más de lo que le gustaría debido al estilo de la tela y él no era el tipo de alfa que disfrutara ver detalles como esos en él mismo, no cuando se veía tan flacucho para ser un alfa.

—¿Es una cena elegante? —ella enarcó una ceja, pensando que ese era el único problema.

—Pues, es algo como medianamente formal —miró nuevamente la camisa, tenía un estámpado de pájaros negros y podía recordar a su padre usarla muy pocas veces, aunque a él le quedaba un poco más suelta.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now