8.- Asesina

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Hola!
Estará temporalmente de vuelta en wattpad.
No es la versión editada ni la versión editorial, si no la original.

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Corro. Estoy corriendo y no recuerdo cuando he comenzado a hacerlo.
Mi respiración no se ve agitada en lo absoluto. Por el sonido de mis pisadas sé que me encuentro en un túnel.  Uno en el que la única luz que hay viene del hueco al final de este.
Miro hacia atrás en todo momento. Ya puedo escuchar los automóviles del otro lado del túnel. Hay agua sobre el suelo… o por lo menos quiero pensar que es agua. Llevo puesta ropa que no conozco. Un traje de color negro y botas que me llegan hasta la rodilla.
Miro hacia atrás de nuevo ya que se escuchan pisadas acercándose. Me detengo en seco cuando veo que frente a mí, justo hacia donde me dirijo hay personas y están armadas. Todos me recuerdan a los Guardias del Campamento.
Medio sonrío y me doy la vuelta para huir de ellos, pero del otro lado hay más. Estoy completamente rodeada y no estoy nerviosa ni tengo miedo.
Hay adrenalina, esta ese cosquilleo familiar sobre las palmas de mis manos. Mis ojos buscando la piel expuesta de los soldados. Ellos lo saben, ellos saben que al primer contacto todo estará perdido.
Se acercan más y más, como si planearan quitarme mi espacio.
Tontos. Yo no necesito espacio para actuar, todo va mejor mientras menos distancia exista.
Me permito una sonrisa petulante cuando uno de ellos ordena que me tire al suelo con las manos sobre la cabeza.
Corro hacia el grupo más pequeño y alcanzo el cuello de uno de ellos. Suenan los disparos de los demás y ninguno me toca. El soldado que he tocado cubre las balas con su cuerpo, lo hace porque yo lo obligo a hacerlo, ahora su mente es mía.
Siento el cordel tirar de mi dedo. Ahora solo hay nueve disponibles. Me encargo de tocar a más de ellos, hasta que tengo diez bajo mi mando.
Es como un hilo invisible, que va desde uno de mis dedos hasta la nuca de las personas, a través de ese cordel fluyen sus recuerdos, sus ideas, sus pensamientos. Yo me robo todo eso, esas cosas me hacen más fuerte.
Los obligo a disparar contra sus compañeros, sólo que ellos abren fuego primero.
Para cuando se dan cuenta de lo que está sucediendo ya es demasiado tarde. Cinco de los guardias me cubren con sus cuerpos. Ellos ya están muertos, pero hasta que yo decida romper el enlace seguirán siendo mis marionetas.
Miro por encima del hombro de uno de ellos y le hago un guiño al grupo restante. Mis títeres disparan contra ellos. Cuando creo que todos están muertos rompo el enlace.
Estoy equivocada, uno aún tiene vida y apunta su arma hacia mí.  Reacciono rápido y tomo una de las armas. Esquivo las balas del soldado y en un parpadeo estoy frente a él, apuntando mi arma a su cabeza aprieto el gatillo.
El chico cae sobre el suelo desparramando su sangre.
―No fallaste ninguna―. Dice una voz del otro lado del túnel.
―Fue a quemarropa, solo un imbécil fallaría―. Respondo.
―Por eso es que tú te encargas de estas cosas―. Me felicita.
Camino hacia donde está el. No sé porqué, pero le tengo confianza, hay algo en mí que grita que debo estar con él.
―Aún queda uno―. Me dice y señala al suelo.
Me detengo frente a la figura mal trecha del suelo y le disparo sobre el corazón. El hombre deja de retorcerse, está muerto.
No tengo idea de por qué me inclino y le quito la máscara.
Sus ojos grises han quedado abiertos y son sumamente conocidos. Su cabello rubio platinado está cubierto de sangre. Es Sander, estoy frente al cadáver de mi rescatador.

Abro los ojos cuando siento que alguien me está sosteniendo.
―Tranquila―. Me susurran.
Miro a todas partes. Estoy en mi habitación, el ligero olor a metal y humedad está en el ambiente.
Sander sostiene mis muñecas para evitar que me haga daño. Cuando ve que estoy mejor me suelta. 
Ha sido un verdadero milagro que mi mente no actuara sola para entrar en su cabeza.
―¿Estás bien?― Pregunta.
Asiento, aunque no estoy convencida. Quiero preguntar qué ha pasado.
―Bueno― . Dice después de un momento―. Ahora sé que no eres muda. Estabas gritando, por eso vine, creí que te estaban asesinando, pero al parecer solo tuviste una pesadilla.
Asiento de nuevo. Vaya pesadilla.
―Amanecerá pronto, vuelve a dormir―. Comenta y se pone de pie.
Reacciono rápido y lo atrapo de la camiseta antes de que salga. No lo digo con palabras, pero espero que mis ojos se lo hagan saber: Quédate conmigo, tengo miedo.
― ¿Sabes?― Dice―. Esa silla parece muy cómoda como para dormir ¿Te importa si me quedo?
Le sonrío. Quiero decir gracias.
―Debemos encontrar rápido una forma para que te comuniques, Azul.
Asiento y me recuesto sobre la cama de nuevo. Escucho la ligera respiración de Sander unos minutos después.
Tengo miedo de la persona de mi sueño. Sé que era yo y que estaba matando gente, además no me importaba en lo absoluto, pero… ¿Quién era la otra persona en el túnel? ¿Por qué siento como si la conociera? ¿Por qué algo en mi grita que debo encontrarla? Quizá, con esa persona, estén todas las respuestas que busco.

Mente Maestra la sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora