35.-Un paso adelante:

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Hola mis amores! 

¡Espero que se encuentren muy bien! Dejo un nuevo capítulo, me disculpo por la tardanza, aprovecho para desearles una muy feliz navidad, recuerden que los quiero mucho.

gabychapa muy feliz cumpleaños, hermosa!!

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Lo último que buscaba, era justificar a Sander, pero la energía de ese lugar también lo afectaba, tal vez no de una forma tan directa, sin embargo, ¿Qué persona mortal no se vería afectada por radiación?

Dylan sacudió la cabeza, no admitiría que se sentía mareado y cansado de aplastar a esos robots ¿Dónde demonios se metió el tres? Se supone que debía cuidarle la espalda.

Detuvo un golpe del robot al que arrancó uno de los brazos, giró sobre si mismo y reuniendo fuerza en sus manos, se deshizo de la segunda extremidad. Sintió las pisadas antes de escuchar el ritmo tranquilo de un corazón. Todos los robots emitían una vibración diferente a la de las personas, unos minutos atrás, el uno aún podía percibir el latido de Sander, ese palpitar parecido al trueno, fuerte y estruendoso, como una tormenta en la noche de verano, podía ser despiadado con unos, pero amable con otros. Ese palpitar se debilitaba poco a poco.

Miró sobre su hombro, solo para ser sorprendido por un puño contra su cara. Barrio la arena con su espalda, sintiéndola raspar sus codos y cabeza. Así que Khoury decidió aparecer. Esperaba que eso sucediera, pero ¿Dónde estaba Sander?

Se puso de pie antes de que la mayor llegara hasta él, sin dejar de observarla, debía tener una debilidad, algo que pasó por alto las ultimas veces, pero no había nada débil en ella, era una mujer que avanzaba con la seguridad de una victoria absoluta. Tragó saliva, lo ultimo que necesitaba era sentirse asustado. Seguramente Sander estaba por ahí, paseando como un lunático en la playa contamina.

Detuvo su andar frente a Khoury, ella también se detuvo, le dio una ligera sonrisa y apuntó con la barbilla a su propia mano, donde sostenía un cuchillo de combate con restos de sangre. Se estaba burlando de él. ¿Cheslay? ¿Dónde estaba Cheslay? La ridícula canción ya no sonaba en su cabeza, tenía, él tenía que hacer algo, moverse, buscarla, pero no podía darle la espalda al enemigo.

Estaba a punto de sucumbir a la desesperación, dejarle a Sander todo el trabajo y buscar a Cheslay, se detuvo cuando se dio cuenta del cuerpo detrás de Khoury, estaba en la orilla de la playa, el rojo tiñendo la arena y pegándose a su cuerpo, las ligeras olas amenazaban con rozar sus pies. ¿Cuántos había perdido ya en esa guerra? ¿Amigos, conocidos, personas bajo su cargo? Dylan comenzó a sentir un zumbido en sus oídos, recordando cuando murió Nefertari, cuando despertó en una fosa común y descubrió que se habían llevado a Cheslay, ¿Cuántas veces había sentido esa clase de desesperación y dolor?

—Puedes llorar, nadie va a culparte— dijo Khoury—. Ese tonto sentimentalismo, con Nefertari era lo mismo.

Dylan corrió en dirección a ella, no le importó verla tomar esa ya familiar posición de combate, se inclinó lo suficiente para tomar un puñado de arena en la mano, al incorporarse lo arrojó al ojo de la mayor, ella lo limpió con un simple gesto, y sin detenerse, empuñó el cuchillo manchado hacia el pecho de Dylan, logró esquivarla por poco, gracias a la pequeña distracción.

Dylan se deslizó lejos de ella, corrió en dirección a Sander, quien no se movía de la orilla de la playa.

El uno lo sacudió por el hombro.

—Levántate, no hay tiempo que perder— espetó enojado— Estoy seguro de que te has regenerado de cosas peores, y Cheslay nos está...

Rodó entre la sangre de Sander para escapar del golpe de la mayor. Su amigo no respiraba, no se movía, el calor y latir característico no estaba ahí.

Mente Maestra la sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora