8.-Caminos:

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Hola a todos! 

Espero que estén muy bien. 

El libro hasta ahora tiene escritos 38 capítulos, aún no está terminado, pero haré lo posible por tenerlo listo antes de que lleguemos a eso en wattpad.

No puedo escribir muy rápido debido al accidente que tuve en enero, mis dedos aún no salen por completo de la parálisis.

También quería decirles que voy a subir mis historias en otra plataforma cuyo nombre no puedo mencionar aquí, espero contar con su apoyo ahí también, dejaré el link en las paginas de Facebook e Instagram. Me encuentran en cualquier plataforma como Magic13chio.

Recuerden que sus comentarios me ayudan a mejorar.

No olviden que los quiero!!

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Miraba desde su asiento como el uno se paseaba por el deslizador, a pesar de los giros bruscos que Erick tenía que hacer para que escaparan de impactos de armas, él había dicho que estaban volando sobre la ciudadela y que pronto pasaría. Una parte de Sander quería bajar y pelear en esa guerra para ayudar a sus amigos y a todas esas personas. Pero una parte más fuerte se aferraba a un laboratorio en África.

Había actuado mal, casi como un cobarde, pero no estaba huyendo de algo, él iba hacía alguien y eso no estaba mal ¿O sí? Entonces ¿Por qué se sentía tan miserablemente egoísta? En su cabeza daban vuelta las palabras que Sam le había dicho, aquellas donde le repetía que estaba bien ser egoísta, que los demás no harían por él lo mismo que él por otros.

Suspiró y miró de nuevo a sus amigos. Dylan no había cambiado de posición, estaba detrás de Erick, dándole un par de instrucciones. Sander creyó que era gracioso, pues Dylan nunca había volado un deslizador, pero sabía que el estar en una situación fuera de su control lo ponía nervioso. Y Cheslay permanecía en su asiento, apretando las correas fuertemente entre sus delgadas manos.

Sander se inclinó hacia adelante y se dio cuenta de que los ojos de la mentalista estaban en blanco, quiso decir algo a Dylan, pero al ver que su amigo lanzaba miradas furtivas en dirección a la dos, supo que el uno ya lo sabía, sabía lo que Cheslay trataba de hacer y estaba preocupado.

Ella quería ponerse en contacto con Azul. Compartieron un cuerpo durante mucho tiempo y conocían las frecuencias mentales de la otra a la perfección.

Sander se frotó los ojos, esas cosas eran muy complicadas para él. Ya tenía suficiente al estudiar sobre la energía, el uso de esta y las consecuencias que eso le traería. Cuando llegó a la resistencia, él creía que estaba más que preparado mentalmente para su habilidad, y resultó que no era así. Los gemelos lo vencieron en un parpadeo y Lanhart le había puesto una paliza sin más frente a todos, para que se dieran cuenta de que Sander era presa fácil.

Tuvo dos entrenamientos con el general después de la paliza. El tercer día lo citó en una zona oculta de las montañas. Lo más alejados que podían estar de la resistencia. Hizo que Sander corriera como una persona normal alrededor de seis kilómetros, hasta que el frío le caló hasta los huesos. El tres recordaba perfectamente ese día, pues el sol ya se estaba ocultando cuando lo hizo detenerse.

―Quiero que escales esa montaña― había dicho Magnus, mientras bebía de una pequeña botella que guardaba en uno de los bolsillos de su abrigo.

― ¿Está borracho?

―Un poco, sí― respondió rascándose la barba.

Sander se cruzó de brazos para entrar en calor, odiaba tener frío de aquella manera. Estaba tiritando y sus dientes chocaban unos con otros. Su ropa estaba mojada.

Mente Maestra la sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora