15.- Radicales:

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Hola a todos, espero que estén muy bien.

Muchas gracias por seguir aquí, recuerden que sus comentarios me ayudan a mejorar.

Ya saben que los quiero, bonito día.


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IKE:

Hay un olor extraño, es una combinación de la loción que utilizo todos los días y aire fresco de montaña con un toque de pino. Abro los ojos al recordar lo que ocurrió el día anterior.

Mi cabeza se siente pesada, después de todo lo que bebí no me sorprende. Mi brazo esta sobre alguien, ella no parece dormida, esta de espaldas a mí, pero puedo percibir como sonríe.

— ¿Estas despierto?― pregunta.

—Eso creo— contesto mientras dejo de abrazarla y tallo mis ojos con la mano.

Velika se da la vuelta y se sienta sobre la cama.

— ¿Cuánto tiempo llevas despierta?― pregunto y también me siento. La ropa esta tirada por todas partes.

Ella se pone de pie y levanta sus cosas, se va vistiendo mientras avanza hacia la ventana.

—Lo suficiente—me regala una sonrisa antes de ponerse la camiseta.

Me dejo caer de nuevo sobre la cama y cubro mi cara con ambas manos, acompaso mi respiración. Siento su mano sobre mi pecho y bajo las manos, su rostro está a unos centímetros del mío.

— ¿Qué haces?

— ¿Yo?― inquiere, se acerca y deposita un ligero beso en mi mejilla, cuando se retira puedo ver en sus ojos una pequeña chispa de tristeza—. Yo voy a volver a la resistencia ¿Y tú? Tú vas a levantarte, tomar una ducha, ponerte uno de esos bonitos trajes, pedir desayuno y citar a todos los ministros a una reunión, vas a tomar el mando, vas a ser eso que naciste para ser, para lo que has sido preparado. Vas a reclamar la ciudadela, y vas a ser mejor gobernante que tu padre.

Velika se pasea por la habitación, ata su cabello en una cola de caballo y se acerca a la ventana de nuevo.

—No puedes salir por ahí—digo—. Todas las ventanas están bloqueadas y son a prueba de balas.

— ¿No te cansas de vivir encerrado?

—Es lo único que conozco.

—Si fueras conmigo a la resistencia... no sería lo único, podríamos ir en el deslizador a cualquier parte, con la certeza de que siempre volverás a tu hogar.

—Ese es el punto, este lugar, este palacio silencioso y sombrío es mi hogar.

Parece que va a replicar pero solo asiente, creo que lo entiende.

Me levanto de la cama, sin importarme que me vea desnudo, me visto con la ropa del día anterior.

— ¿Habías...? Ya sabes ¿Habías estado con alguien más antes de mí?― pregunto titubeando.

Velika suelta una carcajada, no parece incomoda con el tema, más bien divertida.

—Tres. Oliver era el nombre del primero, era de un lugar llamado Colombia que fue bombardeado cuando era niño, vivía en la resistencia, un día se unió al ejercito de Croacia y no lo volví a ver, tal vez esté muerto. No quise saber el nombre de los otros dos, pues solo eran encuentros ocasionales, viven en la colonia de Canadá.

—Vaya—murmuro un poco confundido.

Camino hacia ella y estoy a punto de agradecerle, cuando pone un dedo contra mis labios, pidiendo silencio.

Mente Maestra la sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora