14.-Inocentes:

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Todo en su vida tenía la extraña tendencia de desaparecer, sus padres, su casa, su fortuna, las chicas, los que creía eran sus hermanos, incluso Ike, Noah no tenía ni idea de dónde estaba Ike.

Miró a su derecha. Sí, todo se había ido, pero ella permanecía. Amanda daba vueltas por la habitación, parecía un león enjaulado. Noah se preguntó en que momento comenzaría a formarse un círculo en el suelo.

Si abría la ventana podía escuchar los gritos de los ciudadanos, los alaridos de las aves amarillas que sobrevolaban lo poco que quedaba del domo, y las naves, las cuales caían en la lejanía, sobre la zona baja de la ciudadela.

—Quieres estar afuera ¿Cierto?— preguntó Noah en voz alta. Su cabeza aun dolía con fuertes punzadas.

Amanda le dio una mirada que no supo descifrar, y descubrió que le gustaba esa parte de ella. Porque él nunca podía adivinar lo que Amanda quería o esperaba.

—Prefiero quedarme.

—Y ser mi niñera— dijo un poco molesto.

Ella detuvo su andar y le dio una pequeña media sonrisa.

—Y ser tu maldita niñera— aseguró.

—No tienes que serlo, puedes ir afuera a pelear y...

Amanda ladeó la cabeza, el gesto tan parecido al de un gato, que Noah tuvo que recordarse lo que ella era. Una evolucionada con habilidad animal, con los reflejos iguales a los de una pantera. Hasta hace unos años, estar en presencia de un evolucionado, lo habría vuelto loco, pero con ella era diferente. Amanda lo hizo cambiar de idea sobre todos ellos, era una joven atractiva, sexy, misteriosa y regañona. Y él deseaba sobrevivir a esa guerra para poder conocerla desde el cabello hasta la planta de los pies. No simplemente en cuerpo, quería conocer hasta el más profundo secreto de su alma.

—No quiero pelear— dijo ella y suspiró—. Nunca he querido pelear.

—Entonces ¿Por qué tanta ansiedad? Me pones nervioso.

—Quiero salvar personas— respondió y movió los hombros, como si llevara una gran carga en ellos—. Mis amigos están peleando. Algún día alguien escribirá una historia sobre esto, sobre esta guerra ¿Y qué dirán sobre mí? Que estuve encerrada en un palacio, esperando que la batalla terminara con todos mis amigos vivos y victoriosos.

—No sabía que te importara tanto la gloria.

Amanda le dio una mirada de reproche.

—No la gloria. Antes, en el viaje que me trajo hasta aquí... Yo peleaba por sobrevivir, por lograr mantenerme en pie, por mis amigos... quienes ahora son mi familia... por ellos. Pensaba que si me dejaba vencer, no pasaría nada, pero me di cuenta, cuando Sam resultó herida. Que si sucediera algo, no sería simplemente mi muerte, sino una carga en sus conciencias y almas y no quería ser para ellos la clase de carga como en la que Dany se convirtió para mí.

— ¿Y ahora?— susurró Noah. Sintiendo las palabras de Amanda clavarse profundo en su mente. Él era una carga, por eso ella se quedaba en el palacio.

—Ahora ni siquiera lo sé.

Noah respiró profundo, se puso de pie y le dio la espalda. Caminó lentamente a la salida, la gran puerta de madera tallada, y la empujó para abrirla. Se dio cuenta en ese momento, de que desde que despertó, ningún sirviente apareció en el lugar. Decisión de Ike, sin lugar a dudas.

—Mi padre era uno de los hombres más importantes dentro de la ciudadela, fue él quien diseñó el plan de energía con el reactor nuclear— esperó unos segundos, para que Amanda dijera algo, pero como no lo hizo, Noah respiró profundamente y continúo—. Era un gran hombre. Él y mi madre me enseñaron todo cuanto pudieron. Y un día, el gobernante le pidió a mi padre hacer modificaciones en el reactor para utilizarlo como arma algún día. Obviamente él se negó.

Mente Maestra la sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora