Capítulo cincuenta.

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Stan y Bill acompañaban a Eddie la mayor parte del tiempo. Richie lo notó, desde la lejanía en el comedor de la escuela y cuando casualmente tomaron el mismo camino con su grupo de amigos. Los ojos de Richie estaban fijos en la espalda de Eddie. Escuchaba a sus propios amigos hablar entre ellos, si es que podía llamar amigos. Solo eran chicos con los que Richie pasaba el tiempo para no estar solo.

Vio a Eddie doblar con sus amigos en la esquina y desaparecieron de su vista.

Suspiró, angustiado, sintiendo el dolor presionar en su pecho como un maldito golpe.

Extrañaba a Eddie.

- ¡Richie! ¿vienes a la fiesta esta noche?

Preguntó uno de ellos, dándole golpecitos en su espalda.

- Creo que esta vez paso, amigos. Tal vez a la próxima.

Ellos rieron, Richie apretó la mandíbula. Comenzaba a molestarle que no se tomaran en serio todo lo que decía.

- ¿Ya dejaste de ser divertido, amigo? no puedes negar algo de diversión en una fiesta.

Ellos volvieron a hacerlo y Tozier apretó los puños a cada lado de su cuerpo. Pero se relajó, (o fingió hacerlo) se encogió de hombros y apartó la mirada de ellos mientras sacaba un cigarrillo de la cajetilla y comenzaba a fumar.

- Tengo una cita esta noche.

Todos ellos hicieron silencio un segundo antes de silbar con insinuación. Richie los observó mientras ellos hacían gestos obscenos con sus manos.

No hablaron más después de eso, pero de lo que sí era seguro era que Richie no tuvo una cita esa noche.

No cree que volvería a tener una cita con otra persona que no sea Eddie en toda su maldita vida. Esa noche Richie salió de su casa, sí, pero para sentarse en el viejo árbol familiar de los Kaspbrak. Solo, en la oscuridad, debajo de las millones de estrellas que cubrían el cielo nocturno. Richie recordó una noche en especial, quizá la noche más especial de su vida, esa noche que invitó a Eddie a su primer concierto de rock.

Sonrió, alzando la mirada hacia la ventana de la habitación de Eddie, visualizando a un chiquillo asustado y gruñón tratando de bajar del árbol.

El recuerdo seguía allí. El recuerdo dolía.

Era la primera vez que se escabullía en la noche a la casa de Eddie desde que todo se fue al carajo. No había una sola noche en la que Richie no dejara de pensar en Eddie, seguía tan perdidamente enamorado de él como lo ha estado siempre. Eddie siempre ha sido el dueño de sus pensamientos, incluso ahora, cuando llevaban días sin hablar. Richie recuerda cómo Eddie se veía ese día en el baño. Sus ojos llenos de lágrimas, la expresión de dolor.

Richie lo destrozó.

Ya no quería seguir haciendo esto.

Ya no quería.

¿A qué costo? Se preguntó mientras se cubría el rostro con las manos, sus dedos se mojaron rápidamente por las lágrimas. Entonces levantó la mirada a través de sus anteojos empapados hacia la ventana. La luz todavía seguía prendida, una sombra atravesó la habitación y luego solo desapareció, como si se hubiera dejado caer en la cama. Richie se pasó los próximos diez minutos caminando de un lado a otro, todavía debajo del árbol, apoyándose en el tronco y volviendo a mirar a la ventana, pensando, debatiendo una batalla dentro de si mismo.

A la mierda.

Tal vez no era el momento ahora que había lastimado tanto a Eddie, y aunque el alejamiento también le hizo daño a él, Eddie no fue quien apareció un día en el colegio de la mano de una chica. Richie tenía que disculparse. Tenía que explicarle, tenía que hacerlo.

my medicine ; reddie (editando)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ