El Venerable Demonio también quiere saber

Capítulo 44: Divinidad primordial

Dejó de lado sus preguntas por ahora y continuó leyendo, con la esperanza de que el tercer volumen contuviera más información sobre el Inmortal del Cielo Ardiente.

Desafortunadamente, aparte de que los protagonistas mencionan su nombre dos veces, no se escribió nada más sobre él. Wenren È hojeó rápidamente el tercer volumen. Un resumen de la historia de todo el libro sería: después de entrar en el reino divino, Hè Wenzhao fue reconocido por uno de los dioses como la reencarnación de un dios anterior. Se hizo amigo de la gente que conoció en su vida pasada, y siguió incrementando su poder, golpeando a los dioses ascendidos. El reino divino ahora estaba lleno de dioses ascendidos, y de los dioses primordiales todos habían caído hace mucho tiempo.

Los dos primeros tercios de la historia fueron bastantes pacíficos. Los viejos amigos y esposas de Hè Wenzhao ascendieron al reino divino uno tras otro, mientras que él continuó haciendo nuevos amigos y tomando nuevas esposas. Baili Qingmiao, que todavía tenía muchas escenas en el primer volumen, parecía haber desaparecido en este. Fue la Maestra del Espíritu Violeta quien siguió a Hè Wenzhao durante todo el camino, llevándose perfectamente con sus nuevas esposas.

En el último tercio, las cosas fueron rápidamente cuesta abajo. Primero, uno de los amigos de Hè Wenzhao de repente se desvió y se convirtió en un demonio, por lo que todos se vieron obligados a matarlo. Al mismo tiempo, llegó la noticia de que la barrera en el Infierno de Sangre se había roto. Los 180 mil dioses demoníacos que habían sido sellados en la antigüedad habían escapado y arrasado el reino humano.

Su amigo que se había vuelto loco tenía parientes en el mundo humano y había sido maldecido usando su línea de sangre, corrompiéndose.

Primero cayó el mundo de cultivo, luego el reino inmortal. Los dioses ascendidos dieron su mejor pelea, pero el poder destructivo y la influencia corruptora de los dioses demoníacos eran demasiado fuertes. Cualquiera que se enfrentara a ellos era asesinado y consumido, o convertido en un demonio. Para evitar la invasión de los dioses demoníacos en el reino divino, los amigos de Hè Wenzhao fueron al reino inmortal uno tras otro para luchar. Hè Wenzhao, ahora líder de los dioses, también quería ir, pero en ese momento, el maestro en el que siempre había confiado se puso en su contra.

Resultó que su maestro también era un demonio, un cultivador de sangre. Había puesto mucho cuidado en guiar a Hè Wenzhao en el pasado para poder robar su cuerpo algún día. El Anciano Demonio de Sangre había esperado pacientemente durante todo este tiempo, hasta que los mundos se convirtieron en un caos. Con la ayuda de la energía demoníaca que lo rodeaba, intentó tomar el cuerpo de Hè Wenzhao de una sola vez

Cuando Hè Wenzhao estaba a punto de sucumbir, Baili Qingmiao, que había estado oculta durante más de 800,000 palabras hasta este punto, finalmente apareció. Para proteger a Hè Wenzhao, formó un vínculo de alma con él, y unieron fuerzas para destruir al Anciano Demonio de Sangre de una vez por todas.

Pero Baili Qingmiao había sido gravemente herida por el Anciano. Cuando murió, Hè Wenzhao, cuya alma estaba ligada a la suya, debería haberla seguido, pero en el momento antes de su muerte Baili Qingmiao había hecho algo para protegerlo, para que él sobreviviera y no murieran juntos.

Después de la muerte de Baili Qingmiao, mientras Hè Wenzhao se sentaba allí llorando, el cosmos cambió y los tres mundos se desmoronaron. Los reinos humano, inmortal y divino se convirtieron en uno. La mayoría de las vidas en los tres mundos y de los dioses ascendidos fueron aniquiladas en un instante.

No fue hasta ese momento que todos se dieron cuenta de que Baili Qingmiao, en su vida pasada, había sido la última deidad primordial, nacida con el cielo y la tierra. Ella había manejado los desastres, enviando cataclismos al mundo humano, equilibrando la sobrepoblación de la vida y manteniendo el equilibrio entre la creación y la destrucción. Tal era el propósito de Baili Qingmiao.