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El día esperado por fin llegó. Emocionado en el fondo de su corazón porque iba a volver a encontrarse con su madre, como un niño pequeño que no podía ocultar su alegría, se alistó y fue a casa de Seokjin para ir juntos a su hogar de infancia. Después de tanto insistir, Namjoon aceptó que su novio llevara su auto para así ahorrar tiempo y estar mucho más cómodos durante el viaje.

Llegó a la enorme casa y el mayordomo con una gran sonrisa lo recibió, haciéndole pasar directamente hasta el dormitorio de Seokjin para luego perderse en los pasillos de la mansión. Tocó despacio y Seokjin sin camiseta le abrió la puerta, sonrió con coquetería para entrar completamente a la habitación y rodear con sus brazos a su chico.

— ¿Estás tratando de seducirme? — preguntó Namjoon entre besos haciendo reír a Seokjin que golpeó levemente su pecho y se cubrió con una prenda su torso. — Eres hermoso.

Seokjin negó ante las palabras de Namjoon con un leve tono carmín en sus mejillas y se apartó para seguir eligiendo la ropa. El moreno miró a su alrededor y sonrió al ver toda la ropa de su novio regada por la habitación. Era notorio que no sabía que escoger.

— Amor...— llamó la atención del mayor que se probaba por tercera vez una prenda y con decepción se la quitaba para lanzarla sobre la cama.

— No tengo nada que ponerme, Nam — soltó frustrado para luego sentarse en la cama con desgano. Namjoon se acercó y se colocó en cuclillas para estar a su nivel y le regaló una mirada llena de dulzura y besó sus labios con mucho cariño. Un beso lento y lleno de la paz que solo él podía darle.

— Solo sé tú. Te amo tal y como eres y mi mamá te amará igual. ¿Si?

Seokjin lo mira y toda aquella ansiedad fue disipada con aquellas hermosas palabras que traspasaron y abrigaron su corazón. Era increíble el poder que Namjoon tenía sobre él, era casi aterrador que unas simples palabras podría causarle un torbellino de sensaciones en su interior, como sus inseguridades iban siendo reemplazadas con su amor.

Después de unos segundos, aún nervioso decidió usar una camisa sencilla blanca que le hacía lucir espectacular sus hombros y pecho, mostrando sus clavículas y la piel blanca y la combinó con unos pantalones de mezclilla sencillos pero dándole un toque fresco al atuendo. Namjoon lo miró y sonrió grande para aplaudir mientras Seokjin cómo era de esperarse modelaba las prendas escogidas haciendo poses extrañas y graciosas.

Namjoon por otro lado había estado guardando algo para obsequiarle a su novio en un momento especial y vio que éste era el tiempo perfecto para hacerlo. Sacó de su maleta dos cajas que Seokjin miró con curiosidad alzando la ceja y viendo al moreno sonriendo supo que no era algo de qué preocuparse. Al abrir las cajas, sus ojos brillaron y miró a Namjoon con una sonrisa nerviosa, se lanzó a sus brazos y besó todo su rostro haciéndole reír.

— ¡Compraste zapatos de pareja! — decía con emoción y entre besos, mientras Namjoon acariciaba su espalda con suavidad afianzando el abrazo. — ¡Te amo, te amo, te amo!

¿Cómo un par de zapatos lo hacían tan feliz? Ver el rostro sorprendido y a la vez encantado como si fuera lo mejor que le pudieron haber obsequiado mostraba la sencillez del chico que no dejaba de mirarse los pies con sus nuevos zapatos puestos.

— ¿Cómo supiste la talla de mi pie? Creo que nunca te mencioné eso.

— Simplemente me robé un zapato tuyo y lo llevé la tienda.

Una gran risa salió de Seokjin que contagió de inmediato a Namjoon que se encogió de brazos por tal respuesta de su parte, una vez más el chico se contemplaba los pies y animó, casi obligándole a quitarse los zapatos que tenía puestos echándose a reír aún más fuerte al ver que Namjoon tenía un pequeño orificio en uno de sus calcetines.

— Namu, te comiste el calcetín — molestaba Seokjin entre risas y a Namjoon se le subieron los colores al rostro al no haberse dado cuenta antes de ese detalle.

— ¡Déjame! — respondió el moreno riendo tímidamente tratando de tapar el hoyo de la tela sin éxito. Seokjin dejó de reír hasta llorar, secó unas pequeñas lágrimas divertidas que salieron y buscó rápidamente en sus cajones un par de calcetines nuevos. Se los entregó y Namjoon agradeció aún con el rostro sonrojado y se las cambió.

La pareja estaba lista, a diferencia de Namjoon que tenía una pequeña maleta con lo esencial para unos tres días, Seokjin llevaba una maleta de ruedas llena de ropa y artículos de limpieza personal, como si fuera a un viaje de una semana. Aquella exageración hizo reír a Namjoon que no pudo hacerle cambiar de opinión y subió ambas maletas a la parte trasera del auto que ya se encontraba aparcado afuera de la casa de los Kim.

Se despidieron de Soon, y ambos después de acomodarse correctamente los cinturones de seguridad, emprendieron el viaje a conocer a la madre de Namjoon. Mentirían si dijeran que no se sentían nerviosos, el moreno sobretodo, sentía su corazón latir con tanta fuerza que parecía que se le iba a salir del pecho, pero la cálida mano de Seokjin aplacó todo temor, le brindó la tranquilidad que necesitaba en ese momento y acompañada de una pequeña sonrisa le indicaba sin palabras que todo saldría bien.

Chico Del Museo ~ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora