Chico Del Museo ~ NamJin

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Desde que Namjoon conoció a Jungkook, el menor lo sigue a todos lados como un pequeño cachorro y es algo que al chico le causa extrema ternura. No solo porque es un excelente alumno, sino también porque está lleno de talento y sorpresas.

— Nam, yo también quiero ser músico — le pide casi en forma de súplica Jungkook mientras hacen las tareas en su dormitorio.

— ¿Has escrito alguna vez algo? — preguntó Namjoon y Jungkook asintió con euforia y sacó una pequeña libreta un poco descuidada pero con muchas letras, dibujos y garabatos.

Namjoon movido por la curiosidad, con el permiso del chico, comenzó a ojear la libreta y sonrió porque Jungkook realmente es un compositor excelente.

— Esto es muy hermoso, Kook — alaba Namjoon mientras lee algunas frases escritas en la libreta y el mejor sonríe con agrado y orgullo.
— Tenemos que hablar con Yoongi. Podemos hacer música juntos. ¿Estarías de acuerdo?

— ¡Por supuesto que sí! Quiero aprender de ustedes — respondió Jungkook con mucha humildad y a Namjoon se le calienta el corazón de cariño por su amigo.

Continúan estudiando mientras Namjoon le explica a Jungkook lo que no entiende y corrige algunas palabras en Inglés que están mal, ante la mirada fija del chico que observa con atención todo lo que su mayor le dice.

Llegó el fin de semana y Namjoon y Jin tenían planeado ver películas en el dormitorio de Namjoon. Se sumó Jungkook al escuchar que harían una maratón de películas de Ironman y la pareja no pudo decirle que no al chico. Han llegado a quererlo mucho y todo prejuicio se derrumbó al descubrir el corazón de Jungkook, que estaba lleno de bondad y amor.

Los tres chicos cubiertos con la gran sábana, miraban las escenas de acción sin parpadear, habían comprado botanas, palomitas y bebidas para acompañar la noche hasta que tocaron la puerta y se sorprendieron pues no esperaban a nadie.

Namjoon pausó la película y Jin caminó hasta la puerta y al abrirla un Jimin con cara de pocos amigos entró bufando y arrastrando los pies al dormitorio.

— ¡Estoy harto!

— ¿Qué sucedió Jimin?

— Yoongi y Hoseok ya llevan teniendo sexo por más de tres horas y no puedo estar ni un segundo más en esa casa. Jin, no sabía que Hoseok podría ser tan grosero.

Seokjin miró a Namjoon que a su vez miró a Jungkook y se echaron a reír a carcajadas cuando el menor de todos arrugó la nariz para soltar una risita tímida.

— ¡Jimin esa es demasiada información! — gritó Namjoon para seguirse riendo, ante el rostro rojo del chico que no podía quitarse de la cabeza los gemidos y gritos de sus amigos.

— No hay respeto, en serio no hay respeto. Háganme un espacio — exclamó Jimin para colarse en medio de la cama junto a Jungkook y los demás. Ambos chicos, tardaron un poco en tener la suficiente confianza para volverse cercanos, pero con ayuda de Jin, Jimin pudo ver qué Jungkook era sincero y lo empezó a querer como un hermano.

La película volvió a reproducirse y todos estaban muy atentos al desarrollo de la trama pero Jimin no dejaba de hablar sobre lo que pasaría después.

— ¡Jimin cállate o te mando a escuchar los aplausos de Yoongi y Hobi! — sentenció Jin fingiendo molestia y terminó por hacer reír a todos.

El chico negó con las manos y por fin pudieron mirar la película con tranquilidad. Al cabo de tres horas más, los cuatro chicos se quedaron dormidos abrazados en la cama de Namjoon, deseando que esa noche se repitiera.

Japón

A pesar de que lo tiene todo, Taehyung guarda un gran rencor en su corazón. Han pasado ya varios meses desde que vió a su padre y hermano y aún su dolor sigue quemando como la primera vez.

En el fondo de su corazón sabe que ninguno de los dos tiene la culpa pero quiere descargar su enojo en alguien.

Toma su teléfono y desearía poder ser lo suficientemente valiente para llamar a su hermano y preguntarle si está bien, pero el orgullo es mucho más grande que su amor por él.

Lo extraña. En serio lo hace pero se encuentra tan roto que quiere vengarse. ¿De qué? No lo sabe. Simplemente es muy infeliz. Quiere volver a casa pero sabe que él solo iría a romper la armonía en el hogar que tanto han deseado mantener, pues sabe que sus acciones y actitudes han hecho que todos se alejen de su lado.

Quiere volver a ser el niño que gustaba de compartir, descubrir y amaba sin condiciones. ¿En qué momento cambió tanto su corazón?

Mira por la ventana de su dormitorio y piensa en lo único que pudo haber sido bueno para él y que se encargó de pisotear como cualquier basura: Namjoon. Recuerda su mirada cuando tuvo la desfachatez de tratarlo como un juguete, como algo inservible, como un pequeño trozo de papel que usas y lo puedes arrugar y botar en cualquier momento.

Quiere convencerse de que se enamoró realmente de él, aunque siempre le dejó en claro su relación: solo sexo y más sexo.

¿Cómo puedes amar a alguien y hacerle tanto daño al mismo tiempo?

Recuerda la primera vez que se acostó con él. Talvez el chico nunca sepa que fue drogado y prácticamente obligado a tener sexo. Taehyung se volvió tan codicioso que no pensó en las consecuencias de sus actos. Una vez más vuelve al inicio y siente enojo consigo por ser tan cruel.

Pero el remordimiento no dura mucho. Toma su teléfono y marca a aquel número con el que ha estado en contacto por algún tiempo. Aquel informante le cuenta con lujo de detalles todo lo que hace el chico, cuando sale de su habitación, cuando regresa. Todo, absolutamente todo.

— ¿Hola?

— Soy yo... ¿Alguna novedad?

— Sabemos que el próximo fin de semana tiene una presentación en el club.

— ¿Puedes hacerlo?

— ¿Cuándo he fallado?

— Hazlo entonces. Solo...

— ¿Estás arrepentido acaso?

— No... Solo no lo mates.

— No prometo nada.

— Oy-

Solo el sonido de la llamada terminada se escuchaba como eco en sus oídos. El corazón se le quiere salir del pecho y siente su cuerpo temblar. No hay ya nada que pueda hacer para evitar lo que va a ocurrir la siguiente semana.

Tan solo espera que sus acciones no le traigan pésimas consecuencias.