Extra: Especial de Navidad

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Años más tarde.


La víspera de navidad llegó y el ajetreo de la ciudad se siente en cada rincón. Seokjin ha pasado todo el día en la cocina, mientras Namjoon solo puede ser espectador. No lo deja tocar nada.

— ¿Por qué no puedo ayudarte?

— Porque cuando entras a la cocina algo explota, se quema o se rompe. Te ves hermoso ahí sentado. Quédate quieto ¿si?

Namjoon hizo caso omiso a la petición de su pareja, en el momento justo en el que le dió la espalda, lo abrazó por detrás, posando su mentón en el hombro. Seokjin no se pudo resistir al tacto, dejó la cuchara de madera sobre la sartén y sonrió.

— Te amo.

— Yo te amo más, pero si no me dejas terminar. Comeremos cena quemada. Y no quiero tener que pedir comida a domicilio en navidad... Por tercer año consecutivo.

— Perdón por ser tan torpe.

— Eres mi tonto, mío, mío.

Namjoon besó los labios de su amante para luego dejar que termine su labor, no sin antes darle una nalgada. Seokjin suelta un suspiro enamorado y se dispone en terminar pronto para tener todo listo.

Después de haberse graduado, decidieron mudarse juntos a un pequeño y acogedor apartamento, es sencillo pero a ellos les basta, se tienen el uno al otro y eso es lo que importa.

— Jungkook si vendrá a cenar — grita Namjoon desde el sofá, Seokjin salió de la cocina emocionado. Han pasado dos años desde que salió del país para realizar una especialidad en música y el anhelo de verlo nuevamente ha estado latente en la pareja.

— Y viene con alguien — culminó el moreno, se miraron y se encogieron de hombros para luego continuar en lo suyo.

En todo este tiempo, Namjoon ha forjado su camino como rapero profesional, tiene una buena reputación, ya ha realizado un par de giras dentro y fuera del país y no puede estar más feliz. Se encuentra en su mejor momento: tiene un hogar, un buen trabajo y buenos amigos. Se siente realizado.

La tarde cae rápidamente y ambos se encuentran decorando el lugar, tienen cajas regadas por el suelo, guirnaldas y luces por doquier pero ellos estan dentro de su burbuja de amor, entre miradas cómplices y besos furtivos, pasan tiempo juntos, disfrutándose, amándose.

Y es que en el corazón de Seokjin el tener a Namjoon después de haber pasado por tanto, lo llena de orgullo. Ve al más alto esforzarse cada día en su trabajo, en casa y con él, y no puede evitar sentirse dichoso por tal bendición, porque sí, Namjoon es una tremenda bendición. Lo observa colocar la estrella en la punta del árbol sin problema mientras una hermosa melodía se reproducía, y le estira la mano para invitarlo a bailar.

— ¿Me permite bailar esta pieza?

— Por supuesto.

Se toman de las manos, Namjoon besa una de ellas para colocarla luego en su hombro, abraza a su novio de la cintura y se quedan lo más juntitos que pueden, sintiéndose. Namjoon le da una vuelta con suavidad para luego quedar frente a frente rozando sus narices, le roba un beso y en aquella atmósfera de amor, el moreno habló.

— Tenerte me da paz. No tienes idea de lo mucho que te amo.

Seokjin no respondió, al contrario, unió sus labios con los del contrario en un beso lleno de ternura y amor, haciéndole saber una vez más que lo amaba y que estaba agradecido de tenerlo. Una serie de besos después no se hicieron esperar, estaban empapados de amor, eran solo ellos y aquella canción. Y así estaba bien.

Chico Del Museo ~ NamJinWhere stories live. Discover now