Nueve - Venecia

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Nico:

Primer día y llegas tarde

¿Dónde estás?

                                                                             Necia:

Entrando al ascensor.



Corrí y llegué justo antes de que las puertas del ascensor se cerraran. Suspiré y sonreí al darme cuenta que estaba sola en la cabina.

Mientras rebuscaba en el bolso para encontrar el labial que no había podido colocarme antes, un pie frenó el movimiento de las puertas que volvieron a abrirse. Mientras un chico alto y guapo entraba al aparato me apuré para maquillar mis labios y con torpeza guardé el lápiz en mi bolso.

─ Buen día ─ el chico se acomodó en la cabina con dos enormes cajas en sus manos.

─ ¿A qué pisó va? ─ pregunté cuando lo vi intentar acomodar la caja para acercarse a la botonera.

Él me observó con un toque de soberbia, pero nada desagradable ¿acaso debía saber quien era?

─ Treinta ─ indicó y levantó las cejas cuando vio que era el piso marcado ─ Gracias ─ masculló finalmente moviéndose torpemente con la caja en las manos hasta que terminó enganchando la tira de mi bolso y este cayó al piso desparramando todo su contenido.

─ ¡Ay mierda! ─ exclamé poniéndome de rodillas para intentar juntar todo lo que había en el suelo.

El chico dejó la caja y se acuclilló:

─ Lo siento, hoy me tocaba traer demasiadas cosas ─ Dijo con remordimiento

Nuestras miradas se cruzaron y no pude evitar reírme, si bien vestía un costoso traje, algo en su mirada me decía que era un chico de lo más agradable.

En silencio juntamos cada una de mis vergüenzas: pañuelos de papel, gas pimienta, un pompón peludo negro enganchado a mis llaves.

El chico finalmente levantó una linterna y la observó detenidamente.

─ ¡Cuidado! Es una taser... ─ intenté advertirlo justo cuando mis ojos se clavaron en la tira de condones que habían quedado junto a la caja que había estado cargando antes, lo peor fue verlo seguir el camino de mi mirada con una pizca de diversión en sus labios.

VeneciaWhere stories live. Discover now