Treinta - Venecia

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El viernes llegó más rápido de lo que esperaba y si bien, con Alex, habíamos propuesto tomarnos las cosas con más calma, de alguna manera se nos hacía imposible

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El viernes llegó más rápido de lo que esperaba y si bien, con Alex, habíamos propuesto tomarnos las cosas con más calma, de alguna manera se nos hacía imposible. Quería verlo a cada momento, escuchar su voz y besarlo, quería besarlo a cada momento del día.

Pero claro, las palabras de mi madre no habían parado de rondar en mi cabeza y más de una vez me detuve frente a mi hermana con la intención de preguntar si lo que Carmina pensaba era cierto, pero me ganaba la cobardía ¿Qué haría si ella me dijera que sí? ¿Sería capaz de renunciar a Alex por ella? Digo, no es que esté enamorada ni nada, pero de todas formas dolería demasiado tener que renunciar a él.

─ Deja de pensar en eso ─ me reprendió Mimi mientras rebuscaba en unos collares en busca de uno que combine con mi ropa.

Esa noche teníamos la cena a la que nos habían invitado los amigos de Alexander y más tarde nos encontraríamos con las chicas en Sirius, el club en el que mi amiga Ava era encargada.

─ ¿Estás segura? ─ preguntó Bianca desde la cama de Mimi.

─ Es que no lo sé ─ respondí mirándome al espejo de un lado a otro ─ No conozco de nada a esta gente, no se que tipo de millonarios son, porque estoy segura que son del tipo millonario.

Había decidido ponerme un look completamente negro, un pantalón amplio que ocultaba mis borceguís y una camiseta negra sin mangas con la que seguía teniendo algunas dudas, según Mimi nadie se fijaría en mi pezón derecho, y es que la camiseta me obligaba a usarla sin sostén y de esa manera se notaba el piercing que hace un año decoraba mi pecho.

Estaba sencilla, pero nada estrafalaria y estaba segura que si era una cena entre amigos ninguno se pondría sus mejores trapos.

─ Si, pero Alex no parece del tipo millonario común ─ Agregó Mimi acercándome una bonita cadena con una piedra luna engazada que resaltaba en mi ropa oscura ─ Es como del tipo excéntrico.

─ ¿Es millonario? ─ Preguntó Ava mirándome por el espejo.

Le devolví la mirada y sonreí levantando los hombros ─ No tengo ni idea, no es algo que vaya preguntando en una primera cita.

─ Eso si la hubieran tenido ¿Cómo es que un hombre como Alexander Murray no te invito a una primera cita?

Las mire extrañadas ─ ¿De que hablan? ─ solté una risa nerviosa ─ ni siquiera sabíamos quién era él hasta hace unas semanas.

─ Es verdad ─ Ava se quitó el chicle de la boca y como no encontró donde ponerlo se puse de pie hasta el cesto de basura del baño ─ Pero su encuentro en Luxure no cuenta como primera cita ─ me señaló de forma amenazante ─ recuérdalo, porque mereces una primera cita.

─ Tranquilas, suenan como dos locas ─ levanté mi cabello en una coleta y lo sujete con un moño de terciopelo negro ─ Nosotros no somos novios, no estamos buscando nada más que pasarla bien.

VeneciaWhere stories live. Discover now