"No juzgues un libro por su portada" Esa frase parecía funcionar bien para todo; menos para Venecia.
Todo el mundo la veía como un desastre y cuando terminó volviendo a la casa de sus padres y a vivir bajo la sombra de sus perfectos hermanos, todos...
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El sábado habíamos quedado, con las chicas, en juntarnos en casa de Ava para cenar antes de irnos ella a su trabajo en la disco Sirius y yo a Luxure. Llegué cargando mi enorme bolso y lo dejé caer molesta junto a la puerta de entrada.
─ ¿Y esa carita? ─ preguntó Mimí desde la comodidad del sofá en el que estaba sentada mientras preparaba unos tragos.
─ ¿Qué pasó? ─ preguntó Bianca.
─ Estoy cansada de ir a Luxure ─ Me dejé caer en una silla del comedor y golpeé mi frente contra la mesa.
─ Si nos hubieras consultado antes de meterte en semejante lío...
─ No tenía más opción Ava ─ suspiré ─ pero el caso es que, si bien Daniel es un tipo super agradable y amable conmigo, ese sitió no es para mí.
─ Sobre todo teniendo en cuenta que tu jefe lo frecuenta.
Puse los ojos en blanco, no tenía sentido alguno negar frente a ellas que eso era lo que más me fastidiaba, lo sabían.
─ Tengo pánico de llegar y encontrarlo ahí ¿Cómo lo voy a mirar? Más después de lo que me dijo anoche...
─ No nos contaste nada ─ Ava se sentó en la silla a mi lado y dejó una lata de cerveza frente a mí.
─ Había salido a fumar y él me encontró en la vereda antes de irse, básicamente me dijo que no confiaba en mí, lo cual es una estupidez teniendo en cuenta que me pidió ayuda para trabajar ordenando documentación sensible...
─ Yo creo que le gustas ─ Dijo Mimi.
Bianca asintió divertida dándole la razón.
─ Yo creo que me odia, básicamente porque ahora los dos sabemos secretos del otro que no queremos que nadie más sepa.
─ ¿Qué secretos?
─ ¿No es obvio? El sabe que trabajo en Luxure y que nadie de mi familia lo sabe y yo sé que frecuenta el club pese a tener una novia increíblemente hermosa.
─ ¿Estás segura que es su novia? ¿Por qué iría a un lugar así teniendo pareja? ─ preguntó Mimi.
─ ¡Por qué es hombre! ─ gritaron Ava y Bianca al mismo tiempo.
Sus respuestas me causaron gracia y bebí mi cerveza rápidamente.
─ El problema es que él tiene una imagen mía horrible y...
─ ¿Y eso te importa por qué...?
La pregunta de Ava me dejó sin respuesta ¿Por qué me importaba lo que Alexander Murray pensará de mí? Me parecía un hombre muy guapo, no lo iba a negar, algo en su forma de ser llamaba mi atención, pero eso era todo. Era un tipo sumamente irritante que me caía muy mal por esa soberbia estúpida que lo caracterizaba y que además tuviera la osadía de sentirse en posición de juzgarme, me daban ganas de golpearlo con algo en la cabeza.
