Diez - Venecia

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Los siguientes días fueron un poco más movidos y, sinceramente, no tenía mucho tiempo para aburrirme

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Los siguientes días fueron un poco más movidos y, sinceramente, no tenía mucho tiempo para aburrirme. Al parecer algo estaba cambiando, eso decían todos, pero nadie sabía decirme que era eso.

Nicolla estaba estresada, hacía tres días que el señor Murray no se presentaba en la empresa, algo que había llamado mi atención y quien debía reemplazarlo, su hijo mayor, tampoco llegaba.

Todo mundo parecía nervioso, como si esta situación fuera algo anormal para la que nadie estaba preparado.

─ Permiso señor Carter...

Entré en el despacho que tenía las puertas abiertas y lo vi compenetrado en lo que fuera que leía en la pantalla de su computador.

─ Venecia ─ Sonrió al levantar la mirada ─ ¿Es mi café?

─ Si, me dijo Amelia que quería uno, solo que no me dijo como ─ levanté los hombros.

─ Me da igual ─ Movió la mano en un gesto desinteresado e hizo lugar en su escritorio ─ Solo necesito cafeína y si puede ser intravenosa mejor. Siéntate...─ señaló la silla frente a su escritorio y obedecí nerviosa ─ ¿Cómo llevas estos días? ¿Qué te parece todo por aquí?

─ Muy bien, casi todas mis compañeras son agradables y, poco a poco, voy teniendo más responsabilidades ─ Carter asintió y se quedó unos segundos observándome ─ Aunque todavía no pude conocer a mis otros jefes ─ Comenté levantando ambos hombros ─ Su padre no ha vuelto desde mi entrevista y ...

─ ¿Qué entrevista?

Relamí mis labios ─ Vine a una entrevista y su padre insistió en hacerla personalmente cuando supo que era hermana de Nicolla. Debo confesar que estaba aterrada ─ Ambos reímos ─ Pero resultó ser un hombre muy agradable, como usted... Casi no parecen los dueños de una empresa mundialmente famosa.

Carter soltó una carcajada ─ Si mi madre te escuchara pensaría que hizo bien su trabajo.

Asentí tímidamente ─ Su padre me habló un poco de ella y supongo que debe ser una mujer muy agradable...

─ Es increíble... ─ Terminó de beber su café y se relamió los labios para hablar cuando un golpe en la puerta lo interrumpió.

─ Carter querido...

El sonido de unos tacones retumbando en la oficina me hizo poner de pie, al girarme observé a una mujer elegante, con el cabello muy corto peinado hacia atrás y un rostro tan perfecto que pensé que se trataría de una reina de belleza.

─ Olivia ─ Carter se puso de pie y saludó con dos besos en las mejillas a la mujer y está no perdió un segundo en observarme de pies a cabeza ─ Te presento a Venecia ─ continuó Carter ─ Es la nueva chica de los recados...

─ Que hermoso nombre ─ respondió desde la altura que le proporcionaban sus tacones ─ Casi tan hermoso como tus facciones cariño... No me malinterpretes, pero eres muy hermosa.

VeneciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora